Concretamente, y según muestra un estudio llevado a cabo por investigadores del Centro Kaiser Permanente en Oakland (EE.UU.) y publicado en la revista «JAMA Oncology», las personas con cáncer colorrectal y un índice de masa corporal (IMC) elevado –o lo que es lo mismo, con sobrepeso o, incluso, obesidad– tienen un riesgo hasta un 55% menor de morir a consecuencia del tumor. Un beneficio ciertamente sorprendente dado que indica, si bien tienen una probabilidad mucho mayor de desarrollar el tumor, las personas obesas parecen tener un mejor pronóstico una vez ha aparecido el cáncer. De hecho, esta situación, ya planteada en otras investigaciones previas, se conoce entre los médicos como ‘la paradoja de la obesidad’.
Como explica Candyce H. Kroenke, directora de la investigación, «el sobrepeso y la obesidad han sido identificados como factores de riesgo de un gran número de enfermedades. Pero en el caso específico del cáncer colorrectal, tener algún kilo de más puede tener un efecto protector frente a la mortalidad».
‘Paradoja de la obesidad’
Para llevar a cabo el estudio, los autores evaluaron los historiales médicos de 3.408 pacientes diagnosticados de cáncer colorrectal en fases 1-3 –es decir, cuando el tumor aún no se ha expandido a otros órganos– entre los años 200 y 2011 con el objetivo de analizar la relación entre el riesgo de mortalidad y el IMC en el momento de la detección del tumor y a los 15 meses del diagnóstico.Los resultados mostraron que las personas que presentaban un peso normal –IMC entre 18,5 kg/m2 y 23 kg/m2 –, bajo peso –IMC inferior a 18,5 kg/m 2 – u obesidad mórbida –IMC igual o superior a 35 kg/m2 – en el momento de la detección del tumor tenían los mayores riesgos de mortalidad. Además, los resultados fueron independientes de otros factores de riesgo como los demográficos y socioeconómicos, la gravedad de la enfermedad, el hábito tabáquico o el IMC previo al diagnóstico.
Por el contrario, los pacientes con sobrepeso u obesidad –IMC superior 28 kg/m2 pero inferior a 35 kg/m2– presentaron, en comparación con aquellos con un peso normal, una reducción del 48% del riesgo de mortalidad global y una disminución de hasta un 55% del riesgo de mortalidad por cáncer colorrectal.
En consecuencia, destaca Candyce Kroenke, «nuestro estudio, el mayor llevado a cabo hasta el momento para evaluar la asociación entre el cáncer colorrectal y el IMC, avala la denominada ‘paradoja de la obesidad’».
Distintos tumores, ¿distinto peso ideal?
Y este efecto protector de la obesidad en el cáncer colorrectal, ¿a qué obedece? Pues según reconocen los propios investigadores, aún no se sabe. Como indica Bette J. Caan, co-autora del estudio, «los mecanismos biológicos que explican la ‘paradoja de la obesidad’ permanecen desconocidos, por lo que se requiere el desarrollo de investigaciones adicionales».Sea como fuere, destaca Bette Caan, «nuestros resultados, así como los obtenidos en estudios previos o actualmente en desarrollo, sugieren que las recomendaciones sobre el peso ideal asociado a un mejor pronóstico tras la detección de un tumor podrían no ser las mismas que las que se usan para el peso ideal para prevenir el cáncer».
Es más; como concluye la investigadora, «igual que el tratamiento difiere según el tipo de cáncer, las recomendaciones sobre el peso ideal también podrían variar según la localización del tumor».
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