Tras 257 traducciones en el mundo, El Principito, el entrañable viajero que pasea por los mundos del planeta, creado por el escritor francés Antoine de Saint-Exupéry, entró ayer miércoles en el museo de cera de París, acompañado de su zorro y su rosa. El pequeño aventurero fue instalado en el museo Grevin en un acto en presencia de Olivier d’Agay, sobrino del escritor, que creó al Principito en 1942, dos años antes de su muerte, a los 44 años.
La obra fue publicada el 6 de abril de 1943 en Nueva York, donde vivía el autor, Antoine Saint-Exupéry.
El éxito de la historia radica en su universalidad. Con una lengua temporal, enseña a los adultos a ver el mundo con los ojos de un niño y a los pequeños a entender en mundo de los mayores.
El Principito es un alegato en favor de una mayor humanidad y sensibilidad. Su autor, que había visto en varias ocasiones el rostro de la muerte, era un humanista.
Y la idea para el famoso libro la habría tenido precisamente en una de esas experiencias extremas.
Antoine Saint-Exupéry, fue un escritor y piloto de la guerra francés. Falleció en un accidente de avión a los 44 años.
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