El alcalde de Nueva York durante el 11-S cree que puede conseguir la mayoría para la nominación antes de la Convención.
Donald Trump se juega la nominación en casa y de ahí le llega el que puede ser el voto más relevante hasta la fecha en el seno del partido republicano: Rudy Giuliani, aunque lo hace con la boca medio abierta. Conocido como el alcalde América, por la gestión que hizo tras el ataque terrorista a las Torres Gemelas, admite que hay cosas que no comparte del empresario pero sí coincide en sus propuestas en materia de seguridad e inmigración.
Giuliani expresó su voto de confianza a Trump en una entrevista con el rotativo local The New York Post, a menos de dos semanas de que se celebren las primarias neoyorquinas. El magnate parte como claro favorito. “Apoyo a Trump, voy a votar por Trump”, afirma el conservador, que estuvo al frente de la mayor metrópolis del país entre 1994 y 2001. También tuvo ambiciones presidenciales.
El predecesor de Michael Bloomberg es una de las figuras más respectadas e influyentes en el Partido Republicano. Pese a que esta campaña está plagada de sorpresas y la controversia que rodea el empresario neoyorquino incluso en la ciudad a la que debe su fortuna, augura que el magnate recibirá más del 50% de los votos en todo el Estado de Nueva York.
Los tres candidatos que aspiran a la nominación en julio van a la caza de 95 delegados en juego. Es la primera vez en cuatro décadas que Nueva York tiene un papel casi decisivo en la campaña. A estas alturas, el juego suele estar prácticamente decidido antes de que cada partido formalice su designado. Ted Cruz, que se impuso con rotundidad en Wisconsin, no lo tendrá tan fácil.
La clave, como explica el propio Giuliani, va a estar en todo caso en lo amplia que sea la mayoría que consiga Trump. “Si gana entre 70 y 80 delegados, Donald tendrá muchas opciones para asegurarse los 1.237 delegados para asegurarse la nominación antes de la convención”, apunta. No es lo que desea precisamente el aparato del Partido Republicano, que confía más en Cruz.
El senador de Texas, que desde ayer está de campaña por la ciudad de los rascacielos, tenía la intención de reunirse con Giuliani. No hacía falta. El exalcalde tenía claro desde hace tiempo que no podía confiarle su apoyo. El motivo, su comentario durante un debate criticando “los valores de Nueva York”. “Aquí somos una familia. Yo puedo hacer chiste de Nueva York, pero tú no”, argumenta.
Lo que no está claro es si participará en la campaña de Donald Trump, como hizo el gobernador Chris Christie tras apearse de la contienda. Admite que hay cosas en las que no está de acuerdo con el magnate. Pero si apoya su posición en economía, inmigración y seguridad. “Es un negociador agresivo. Si amenaza con la retirada de la OTAN conseguirá un mejor acuerdo”, concluye.
El predecesor de Michael Bloomberg es una de las figuras más respectadas e influyentes en el Partido Republicano. Pese a que esta campaña está plagada de sorpresas y la controversia que rodea el empresario neoyorquino incluso en la ciudad a la que debe su fortuna, augura que el magnate recibirá más del 50% de los votos en todo el Estado de Nueva York.
Los tres candidatos que aspiran a la nominación en julio van a la caza de 95 delegados en juego. Es la primera vez en cuatro décadas que Nueva York tiene un papel casi decisivo en la campaña. A estas alturas, el juego suele estar prácticamente decidido antes de que cada partido formalice su designado. Ted Cruz, que se impuso con rotundidad en Wisconsin, no lo tendrá tan fácil.
La clave, como explica el propio Giuliani, va a estar en todo caso en lo amplia que sea la mayoría que consiga Trump. “Si gana entre 70 y 80 delegados, Donald tendrá muchas opciones para asegurarse los 1.237 delegados para asegurarse la nominación antes de la convención”, apunta. No es lo que desea precisamente el aparato del Partido Republicano, que confía más en Cruz.
El senador de Texas, que desde ayer está de campaña por la ciudad de los rascacielos, tenía la intención de reunirse con Giuliani. No hacía falta. El exalcalde tenía claro desde hace tiempo que no podía confiarle su apoyo. El motivo, su comentario durante un debate criticando “los valores de Nueva York”. “Aquí somos una familia. Yo puedo hacer chiste de Nueva York, pero tú no”, argumenta.
Lo que no está claro es si participará en la campaña de Donald Trump, como hizo el gobernador Chris Christie tras apearse de la contienda. Admite que hay cosas en las que no está de acuerdo con el magnate. Pero si apoya su posición en economía, inmigración y seguridad. “Es un negociador agresivo. Si amenaza con la retirada de la OTAN conseguirá un mejor acuerdo”, concluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario