Rosalba Vargas Peña, una hermosa azafata colombiana fue detenida en julio de 2015 luego de que su maleta fuera elegida al azar por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales de Colombia (DIAN) y la Policía Fiscal y Aduanera (Polfa) para una revisión de rutina.
La joven de 25 años llegaba entonces de Madrid. En un primer momento, las autoridades hallaron efectos de aseo y prendas íntimas, señala una investigación del diario colombiano El Tiempo. Luego encontraron casi 100,000 euros, que Vargas Peña intentaba ingresar al país en el doble fondo de su maleta.
Ella no fue la primera en caer. Otras de sus compañeras la esperaban en la prisión El Buen Pastor, donde fueron encarceladas por formar parte de una red de lavado de activos del narcotráfico mexicano y colombiano.
La seguidilla de capturas de auxiliares de vuelo intentando ingresar divisas a Colombia dio pie a una investigación liderada por el Homeland Security Investigations –adscrito a la Agencia de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE)–.
Al menos 58 azatas fueron arrestadas en Colombia luego de que las autoridades descubrieran una red de blanqueo de divisas.
El 24 de septiembre fue capturada otra más, con 162.000 dólares; y se realizó otra captura el 15 de noviembre, con 480.000 euros. El año cerró con otro arresto: el de dos sobrecargos con 357.000 euros.
"Creemos que esta narcorruta de blanqueo de divisas lleva operando más de 20 años y es tan lucrativa que no les importa que caigan algunas. De hecho, una de las capturadas, Lina Claudia Jiménez, ya había estado presa por narcotráfico y cuando quedó libre volvió a meterse en el negocio", le reveló al diario colombiano EL TIEMPO una fuente oficial.
El vicefiscal de ese país, Jorge Perdomo, calcula que la red movía anualmente hasta 250 millones de dólares.
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