Dos abrazos casi eternos sellaron a las 10.14 de ayer el reencuentro del presidente de Austria, Heinz Fischer, y su par boliviano, Evo Morales, en el umbral del Palacio de Gobierno. Los recuerdos del “secuestro” del avión presidencial en 2013 y el apoyo a la causa marítima marcaron la cita de ayer.
Una larga alfombra roja, los Colorados de Bolivia y el Cóndor de los Andes en el grado de Gran Collar le habían dado la bienvenida a la sede de gobierno, ciudad a la que arribó en la madrugada. El encuentro más recordado fue el del 3 de julio de 2013, cuando Fischer había autorizado un aterrizaje de emergencia del avión presidencial boliviano en el aeropuerto de Viena, la capital de Austria, luego de que Portugal, España, Francia e Italia le cerraron su espacio aéreo.
El presidente Fischer es politólogo; lidera el centrista Partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ). Está en el poder desde 2004 cuando ganó los comicios con el 52%. En 2010 fue reelegido con el 79%. Las elecciones en su país se celebran cada seis años. Ayer se convirtió en el primer Presidente europeo que cumplió una visita de Estado a Bolivia desde 2006, cuando Evo Morales juró como Jefe del Estado de Bolivia.
Tras condecorarlo, el Mandatario boliviano recordó detalles del episodio de 2013. Los servicios de Inteligencia de Estados Unidos sospechaban que el agente Edward Snowden, prófugo de la justicia de su país, viajaba en la nave de Morales. “¡Me salvó la vida!”, remarcó.
“Era algo natural, que uno podría tomar esa decisión. No requería mucho debate para poder dar el permiso de aterrizaje y no había ninguna razón por qué no dar ese permiso”, puntualizó Fischer, quien agradeció el gesto.
Morales destacó la “transferencia de tecnología”, al referirse al respaldo de la empresa austriaca Doppelmayr que construyó las tres líneas del primer teleférico entre La Paz y El Alto. Con este fin, representantes de ambos países conversaron ayer sobre la expansión de la red del transporte por cable.
En las afueras del Palacio Quemado, una comitiva de diputados y senadores le aguardaba, además de la guardia de los movimientos sociales para trasladarlo hasta el edificio de la Asamblea Legislativa minutos antes de que el reloj de ese edificio marque las 13.00. En ese trayecto Fischer rompió los códigos del protocolo para saludar a dos mujeres ataviadas con ropas de antaño. La sesión de honor que se encargó para rendirle honores podía esperar. El vicepresidente Álvaro García lo esperaba con discursos que destacaron el aporte de los austriacos como el del psicoanalista Sigmund Freud. Los legisladores destacaron la visita del Mandatario.
Mar. “Gracias Presidente por salvar a Evo”, se escuchaba desde el gentío, un agradecimiento que se extendió en la estación de Mi Teleférico en la zona de Irpavi cuando Fischer sostuvo un cartel que reseñaba el centenario pedido boliviano: “#MeerFürBolivie” (Mar para Bolivia, en alemán). El vicepresidente austriaco Christoph Matznetter lo había anticipado minutos antes durante el Foro de Negocios Austria-Bolivia. “Sabemos de Bolivia, conocemos que no tiene salida al mar”, puntualizó.
Fischer viajó en las líneas verde y amarilla hasta Ciudad Satélite. Allí valoró el sistema de transporte desde donde fue transportado al aeropuerto.
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