La poeta y escritora dominicana Lourdes Batista criticó este jueves la organización de la Feria Dominicana del Libro en New York, al denunciar la discriminación de que son objeto, según ella, los escritores de la diáspora.
Entre sus argumentos que utilizó para cuestionar el evento incluye el hecho de que “lo más ausente en esta feria son los libros de los escritores dominicanos más importantes residentes en el exterior”.
“Es imperdonable que se abuse de nuestra comunidad insertando bachateros en una feria del libro, los escritores de la diáspora no están localizados únicamente en Nueva York, pero los que realizan la feria del libro en Nueva York, marginan al resto de los escritores que residen fuera de Nueva York y fuera de los Estados Unidos, es decir, adoptan una actitud discriminatoria, excluyente, injusta y completamente absurda. Los libros de los escritores de la diáspora no fueron adquiridos por el comisionado para los fines de la feria del libro, lo cual dio lugar a que se realizara una feria del libro sin los libros de los escritores más importantes de la diáspora, como José Alejandro Peña, Aurora Arias, Claribel Díaz, Médar Serrata, Eduardo Lantigua Pelegrín, Silvio Torres Saillant, Leonardo Nin, Doris Melo, entre muchos otros”, enfatizó Batista .
Durante el acto de apertura el escritor homenajeado Eugenio Cuevas empezó su discurso saludando a todos y especialmente a su anciana madre quien viajó desde la ciudad de La Vega, RD (pagando su propio vuelo) para ser parte de este homenaje a su hijo, mencionó a todos sus hermanos y especialmente a su hermana Mary, quien lo enseñó a leer y a escribir y la que le inculcó su vocación por la escritura, a su esposa e hija, mencionó a los escritores, poetas y académicos dominicanos que han hecho un grandioso trabajo en la isla de Puerto Rico, no terminó bien de mencionar a los colegas dominicanos en la isla que están poniendo nuestro nombre en alto en ese país, cuando ahí mismo empezó a sonar “La bilirrubina” de Juan Luis Guerra! Sentí vergüenza ajena! La humillación más grande que se le puede hacer a un escritor, es dedicarle una feria del libro en homenaje y luego cortarlo en seco con una bachata. Como ven, la feria del libro en Nueva York, organizada por Carlos Sánchez y su grupo, usan el dinero del pueblo para, en nombre de una feria del libro, echar por el suelo a nuestros escritores de una forma inaceptable.
Las notas del glorioso y emotivo himno nacional dominicano penetraron por mis oídos mientras caminaba por el Lobby del Teatro United Palace el pasado viernes 25 de septiembre. Me detengo, espero que termine nuestro himno y entonces ubico un asiento en la cuarta línea del teatro, y miro hacia el rinconcito donde meten a los escritores de la diáspora, como para que nadie se entere de que existen, pues el lugar preferencial siempre lo ocupan los funcionarios del gobierno, los políticos y afiliados a la burla llamada Feria dominicana del libro en Nueva York. El año pasado las mujeres poetas de la diáspora tuvimos que desafiar al comisionado para poder ocupar los asientos preferenciales porque son asientos que deben estar destinados a escritores, no a funcionarios públicos ni a personas favoritas del comisionado. Este año, como todos los años, los funcionarios se impusieron y ocuparon los lugares preferenciales, como si ellos fueran escritores. Esta pomposa feria del libro siempre empieza mal y termina peor. El acto de apertura de la IX Feria del libro dominicano de NY, estuvo como siempre atiborrada de discursos políticos cansones y estúpidos, el cónsul Eduardo Selman admitió que no había “presupuesto” para que este evento súper especial fuera realizado exitosamente, que él, personalmente, tuvo que actuar de intermediario con el “humanitario” presidente Danilo Medina para sensibilizarlo al respecto de modo que así pudiera aportar el dinero para la celebración de la misma, de lo contrario, adiós feria.
El cónsul Eduardo Selman hizo el papel de héroe de la cultura al estilo Chapulín Colorado. Convenciendo al presidente de que esta comunidad dominicana en Nueva York se merecía tener esta feria del libro, sin libros además. Parece a ellos no importarle el hecho de que la comunidad dominicana en el exterior es la que aporta con sus remesas el 7% del PIB del país. (producto interno bruto) En el año 2013 según el Banco Central de la Republica Dominicana entraron al país solo de Estados Unidos $4, 262.3 millones de dólares. Todos los años el comisionado de cultura Carlos Sánchez tiene que estar bregando con la incertidumbre de si hay dinero o no para darnos a nosotros ese circo de Feria del libro. Ya se ve lo bien organizado que está dicho comisionado, cada año improvisando una supuesta feria del libro siempre con los mismos representantes del gobierno, como si no hubieran escritores más representativos en la República Dominicana. Entre la gran cantidad de ilustres personalidades, traen, como siempre, al Ministro de Cultura (guitarra o tambora en mano) con todos los gastos pagos y una gran comitiva de su ministerio también con todos los gastos pagos. Invierten el dinero del pueblo en un circo de Feria del libro cuando ese dinero puede ser invertido en medicinas para los pobres. Allí estuvieron (una vez más) los muy laureados “Premio Nacional de Literatura” Tony Raful y Mateo Morrison, entre otros escritores que, según los organizadores de la feria, son la crema de la crema de la literatura dominicana.
Después de que todos los políticos habidos y por haber hablaran todo lo que hablaron, que fue, como siempre, más de lo impensable, se saludaran en el podium unos a otros y hablaran toda la pamplina que pudo pasarles por el cerebro dieron, finalmente la palabra al escritor homenajeado (porque cada feria está siempre dedicada a un escritor o a alguien, aunque no sea escritor). En este caso fue a Eugenio Cuevas, un prolífico poeta, escritor, ensayista, académico de la Universidad de Puerto Rico quien, para sorpresa de todos, dijo lo que dijo sin que le faltara garbo a su persona ni a su palabra, pese a que el comisionado le hizo una payasada imperdonable. ¿Para qué dedican una feria del libro a un escritor si es para burlarse públicamente de él? ¿Cómo los escritores dominicanos permiten que los que gobiernan y ejecutan ferias del libro en Nueva York se burlen tan despiadadamente de ellos para luego reírse..
Eugenio Cuevas (escritor homenajeado o la víctima homenajeada) fue el único de los que hablaron allí aquella noche, que llevó su discurso escrito. Todos los demás improvisaron del mismo modo como improvisaron dicha feria del libro, sabiendo nosotros lo que improvisar en un evento significa. Eugenio Cuevas demostró ser un hombre humilde y valiente, pues siguió leyendo su discurso sin importarle la falta de respeto del equipo de producción del comisionado de cultura.
Es bien sabido que todo evento tiene un tiempo limitado, y eso se hubiese solucionado con un acto mínimo de comunicación, indicándole al escritor Eugenio Cuevas de que solo disponía de dos minutos para su discurso. Pero ese desliz demuestra una vez mas la ineptitud que siempre ha primado en el equipo de producción y realización de la apertura de la feria. Las lagunas o espacios en blancos durante la noche, que se repitieron en mas de dos ocasiones, en los cuales nos quedábamos mirando al escenario sin nada mas que hacer. Lo que denotó una pésima maestría de ceremonias, porque siempre lo que prima es el partido, siempre usan a la misma persona quien mete las patas, y lo único que pudo decir el susodicho y también como ha dicho en cada ocasión el señor comisionado Carlos Sánchez, como excusándose, “Señores esto es en vivo... ” Esa actitud irresponsable es una de las características más visibles del inepto equipo que cobra sin trabajar en el Comisionado Dominicano de Cultura en los Estados Unidos, pues tienen todo un año para organizar una feria, y cada vez que llega el momento de la feria, lo que nos traen es un circo lleno de monitos que no saben ni siquiera moderar un evento. Allí hubo de todo, hasta Diablos Cojuelos y Roba La Gallina, pero libros de los escritores dominicanos de la diáspora, ni uno. Al contrario del United Palace el cual lucia repleto, la entrada y las aulas de la escuela Gregorio Luperon lucían desoladas en el día de ayer. Me dijeron que el sábado hubo un poco mas de público, pero un público que no pasaba de mas de 12 a 15 personas por salón de clases, indicativo de que esta feria fue una estafa completa.
Asistimos a algunas actividades, dentro de las mismas cabe destacar la presentación del libro “Mujeres “ de Virtudes Álvarez y allí se apersonaron muchos compañeros y amigos de Virtudes, Juan Villar principal de la escuela Gregorio Luperon quien presentó a Virtudes trajo sillas extras al salón de clases. Entre los escritores que vinieron invitados por el comisionado, quizás el único de valía fue Odalis Pérez, quien según opinión del escritor Esteban Torres escuchar su charla en la tarde de ayer fue para él, y todo quien lo escucho un “orgasmo intelectual”. Como siempre, en cada feria del libro dominicana en Nueva York, montada, valga la redundancia, por el Comisionado de cultura, los grandes discriminados fueron (una vez más) los escritores de la diáspora, estos no disfrutan de cenas VIP, ni almuerzos, ni de dietas, para cubrir los gastos que conllevan participar en la feria. Solamente disfrutan de las mieles los que están “pegao” con el señor Carlos Sánchez, Comisionado de cultura en NY y su séquito. Cabe destacar que los poetas y escritores de España también existen, y que los dominicanos en España envían remesas para el país y los escritores de España y de otras comunidades dominicanas importantes en cualquier parte del mundo deben ser incluidos y creado un comisionado de cultura dominicano en el exterior.
Algunos aspectos positivos de la IX Feria del libro dominicano de NY fueron el homenaje a Luis “Terror Díaz y a Sonia Silvestre interpretados por los artistas de la diáspora Jankarlos Núñez e Ingrit Pérez, el pabellón de cine que dirige la talentosa actriz Mariluz Acosta, en este año le rindieron homenaje al actor dominicano destacado en Hollywood Teddy Garcés y quien es hijo de la poeta de la diáspora Neoyorquina Yvelisse Fanith. También muy valiosa fue la sección de cortometrajes realizados por mujeres y de los cuales el mejor logrado fue el de la misma Mariluz Acosta. Otro aspecto positivo fue que en la fiesta de apertura el teatro del comisionado recordó la guerra de abril de 1965 y le rindió homenaje a las mujeres que heroicamente participaron en esa guerra. Otro aspecto positivo en la feria fue que por fin pusieron una caseta de información, a la entrada de la escuela Gregorio Luperon, es decir que al llegar te entregaban una bolsa con el programa y para meter los libros que comprarías.
Volviendo al escritor homenajeado, le pregunté por sus libros y me dijo que le hicieron uno que era una recopilación de sus poemas, le pregunte donde estaba y me dijo que no tenia, que quizás en el estante del comisionado tenían, me vendieron uno que por casualidad quedó escondido en una bolsa, pues los libros del escritor homenajeado lo traen en alguna maleta de algún funcionario de cultura, si es que no lo olvidan. Yo aspiro que el comisionado haya incluido en el presupuesto que le sometió el cónsul Eduardo Selman al muy “humanitario” presidente Danilo Medina, la suma de 15,000 USD para el escritor homenajeado como le sugerí en marzo de este año, porque de ¿Qué le sirve una fastidiosa placa en la pared a un escritor? Si no lo creen pregúntenle al escritor y poeta René Rodríguez Soriano quien les dejó su flagrante placa en las manos y la misma todavía reposa en las oficinas del comisionado. También aspiro que el comisionado de cultura le diga a la comunidad dominicana, cuánto dinero recibió de nuestro “humanitario” presidente y como se invirtió ese dinero, mostrando, claro esta, pruebas detalladas con recibos.
La Feria dominicana del libro en Nueva York es un evento que debe reestructurarse, tomando en cuenta al momento de realizar el programa de la misma, las opiniones de los escritores y gestores culturales de la diáspora Neoyorquina y de otros estados, y tratar de que la misma llegue a la mayor cantidad de las personas de la comunidad dominicana; o de lo contrario descontinuarse ya que la misma es una feria manida para hacer política los propios funcionarios. La Feria del libro dominicano en NY “No es lo único que tenemos” como repiten como papagayos algunos escritores, pero si es un evento e institución que le pertenece al pueblo dominicano y a los escritores de la diáspora y como tal deberían de disfrutar del mismo, cabe destacar que también tenemos algunas organizaciones no estatales que realizan actividades en Pro de la cultura dominicana como lo son: Solo para locos Inc. (Org., que presidimos) La Tertulia de Gladys Montolio, La Tertulia de Marisela Martínez, y las distintas ferias del libro que se realizan en diferentes estados de la Unión Americana, y además lo mas importante nos tenemos a nosotros mismos; que donde quiera que vamos llevamos nuestra cultura dominicana en las maletas. El mismo Comisionado dominicano de cultura, como institución del Estado dominicano, debe ser reorganizado contratando personal capacitado en el trabajo literario y cultural y que no responda a los intereses políticos de determinado partido o persona, ya que durante todo el tiempo que viene funcionando, con una gran cantidad de empleados, casi en su totalidad ineptos, (con escasas excepciones) no realiza actividades de gran valor. Y recordarles a estos funcionarios de la cultura que como dice nuestro poeta Pedro Mir “Hay un país en el mundo colocado en el mismo trayecto del sol. Oriundo de la noche. Sencillamente triste y oprimido. Sencillamente agreste y despoblado” Que espera mas de ustedes!
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