Gledyson Carvalho conducía su programa de radio en una emisora local de Camocim (Estado de Ceará, nordeste de Brasil) cuando dos personas entraron en el estudio y lo mataron a tiros. Los asesinos, que se habían hecho pasar por anunciantes para entrar en el edificio le dispararon tres veces y huyeron, según fuentes policiales. Carvalho fue trasladado aún con vida al hospital pero murió durante el trayecto. De acuerdo con los medios brasileños, la radio emitía programación musical cuando los desconocidos atacaron al locutor.
El asesinato, ocurrido este jueves, ha conmocionado una vez más a Brasil, considerado el tercer país más peligroso de América Latina para ejercer el periodismo, solo por detrás de México y Colombia, según el último informe de la organización internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF).
En mayo, la violencia contra los periodistas se cobró su última víctima: Djalma Santos da Conceição, que también trabajaba en una emisora de radio, la comunitaria RCA FM, en Conceição da Feira (Bahía, nordeste del país). El reportero de 54 años investigaba el asesinato de una joven y había recibido amenazas. Tantas, que usaba chaleco antibalas en su día a día, según la revista brasileña Época. Su cadáver presentaba señales de tortura.
El mismo mes, en Minas Gerais (sudeste de Brasil) fue asesinado el bloguero brasileño Evany José Metzker, de 67 años. En su blog, llamado Coruja do Vale (Lechuza del Valle) publicaba desde crónicas culturales a sucesos y denuncias de corrupción local. La policía halló su cuerpo, decapitado, en las inmediaciones de Padre Paraíso, una localidad de 19.000 habitantes. Llevaba ocho días desaparecido y el sindicato de periodistas del Estado apuntó a un posible vínculo de su asesinato con una investigación sobre redes de prostitución de menores.
En marzo, dos hombres tirotearon al periodista radiofónico Gerardo Ceferino Servian Coronel en Ponta Porã, una pequeña ciudad en la frontera de Brasil con Paraguay. Servian había trabajado en varias emisoras locales y presentaba un programa de noticias en una radio comunitaria desde principios de año.
Entre enero de 2000 y diciembre de 2014, 38 periodistas murieron en Brasil en sucesos relacionados con el ejercicio de su profesión, según el informe de RSF. Muchos investigaban crimen organizado, violaciones de derechos humanos y casos de corrupción.
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