Botas: hay una en el Museo Smithsoniano, hecha en 1876 por un zapatero de apellido Mahrenholz. Usó piel de nalgas y espalda de hombres ancianos ya muertos y "curtió" todo con agua y estiércol.
Foto: vía Museo Smithsoniano.
Zapatos de tacón alto: Herman Boerhaave, médico holandés que existió presumiblemente en el siglo XVII, tomó la piel de un ejecutado y lo convirtió en unos zapatos. Sus pezones quedaron arriba. Foto: vía Wikimedia.
Zapatos: Se pueden mandar a hacer con la marca británica "Human Leather". Cuestan 27 mil dólares.
Antoine LeBlanc era un ladrón y homicida que en Morristown, Nueva Jersey, fue condenado a la horca. Su cuerpo fue diseccionado, su piel fue bronceada y se hicieron billeteras y monederos con él. Todo parecía una leyenda urbana, pero los historiadores locales comprobaron que era verdad. Foto: vía Museo de Morristown.
Los cinturones, Human Leather también los fabrica a precio de $15,750 dólares Hechos con la piel humana.
Henri Pranzini fue un delincuente francés que terminó sus días en la guillotina. Una parte de su cuerpo terminó en un estuche para guardar cigarrillos. Foto: vía Wikimedia
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