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jueves, 4 de diciembre de 2014

SERA VERDAD, SON LADRONES BRUTOS?: Los bandidos son fundamentalmente gente bruta



Un par de asaltos a joyerías sucedidos hace unos días comprueba mi tesis de que los bandidos son fundamentalmente gente bruta. Las películas que glorifican al hampa y nos muestran a ladrones superdotados llevando a cabo asaltos complicadísimos a bancos, casinos o museos son lo que son: una farsa.

Veamos los dos casos recientes sucedidos en ciudades muy distintas: Hialeah y París.

En el primer caso una pareja entró a un supermercado Sedanos dentro del cual funciona una joyería y en medio de los clientes, a plena luz del día, el hombre desactivó el sensor de una alarma antirrobos usando un paraguas. Aparentemente, según lo reportado por la Policía, la parejita se escondió en algún lugar del supermercado y pasó allí toda la noche cometiendo su fechoría. Al otro día cuando el supermercado abrió sus puertas al público, la parejita salió tranquilamente del lugar llevándose joyas valoradas en $90,000.

Hasta ahí todo parece un gran golpe de astucia. Sin embargo, a esta parejita se le olvidó un “pequeño” detalle: las cámaras de seguridad los filmaron perfectamente; y como ni siquiera se tomaron la molestia de ocultar sus rostros, aparecen perfectamente identificables en las imágenes de video que mostró la televisión. El portavoz policial lo calificó como “un descuido clave”. Vamos a estar claros, tal error es una estupidez garrafal, que le ha permitido a los detectives buscar a estos dos ladrones con foto en mano. No faltará quien diga: “Ah, pero si estos son fulano y sultana” y los reporte a las autoridades.

El otro caso sucedió en la sofisticadísima joyería Cartier cerca de los Campos Elíseos en un barrio elegante, turístico y muy frecuentado de París. Estos dos bandidos llegaron al lugar con un fusil AKA-47 y una pistola que resultaron ser de plástico, obligaron a tumbarse en el suelo a tres clientes y a unos 10 empleados de la joyería, luego exigieron abrir las vitrinas y comenzaron a sacar las joyas, enfocándose en los relojes de diamantes. Los tipos olvidaron que estas joyerías tienen alarmas por todas partes y que la respuesta de la policía es de un par de minutos. Como es obvio, en medio del asalto llegaron los gendarmes y a estos bandidos les tocó huir. ¿En qué huyeron? En una motoneta, o sea lo que aquí llamamos un scooter, que no corre gran cosa. Viéndose alcanzados por un centenar de gendarmes apoyados por helicópteros, estas dos “lumbreras” hicieron algo muy grave: tomaron a alguien como rehén, agregándole al robo el delito de secuestro. Finalmente se entregaron a la Policía parisina. Por fortuna, el negociador policial les encendió alguna luz en el cerebro y evitó que estos “genios” mataran al rehén.

Si los malhechores fueran gente brillante no se dedicarían al crimen, que por lo general conduce a una muy mala vida. Consiguen las cosas rápida o fácilmente en un primer momento, pero tarde o temprano caen en la desgracia total.

La verdad es que aquí, en París, o donde quiera que sea, por más audaces que ellos mismos se crean, sean asaltantes de joyerías o políticos corruptos, los bandidos son brutos.

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