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jueves, 27 de noviembre de 2014

FERGUNSON VA POR LA NORMALIDAD El policía que mató a Brown dice que tiene la conciencia tranquila



Darren Wilson, el policía que mató al joven negro Michael Brown en Ferguson (EE.UU.), dijo el martes que siente la ocurrido aunque tiene "la conciencia tranquila" y volvería a actuar del mismo modo puesto que lo hizo para salvar su vida.
"La pregunta que ocupaba mi mente era 'Cómo sobrevivo'", explicó Wilson en una entrevista a la cadena ABC el día después de que un gran jurado fallara que no existen pruebas suficientes para imputarle por la muerte de Brown.
Wilson, blanco y de 28 años, mató con varios disparos a Brown, negro y de 18, el 9 de agosto cuando el adolescente iba desarmado y en circunstancias aún por esclarecer.
Este caso provocó en agosto una ola de disturbios raciales que se saldaron con saqueos y destrozos, una violencia que volvió ayer a esta pequeña ciudad de poco más de 20.000 habitantes tras conocerse el fallo del jurado.
"En ese momento me pregunté, ¿puedo matar a este chico?, legalmente, ¿puedo?. Y me respondí: tengo que hacerlo, de no hacerlo me matará si me alcanza", relató el agente.
Wilson sostiene que Brown le agredió e intentó quitarle el arma, un relato que contradice la versión de algunos testigos, entre ellos un amigo que acompañaba al joven.
Según esos testimonios, Wilson disparó en repetidas ocasiones al joven cuando este estaba desarmado y con los brazos en alto, el gesto utilizado ahora como icono de las protestas acompañado del grito: "No dispares".
La indignación volvió la madrugada del lunes a Ferguson tras conocerse que Wilson seguirá libre y sin cargos al concluir un gran jurado que no hay pruebas suficientes para imputarlo por la muerte de Brown.
Tras escuchar la versión de 60 testigos y del propio Wilson, el gran jurado decidió que no existe "causa probable" para imputar al agente.
Los cargos que podría haber enfrentado Wilson abarcaban desde un máximo de 4 años de cárcel por homicidio involuntario a cadena perpetua o pena de muerte por asesinato en primer grado.
El gran jurado decide si hay pruebas suficientes para presentar cargos contra una persona, por lo que tras su fallo el caso de Wilson queda cerrado por esta vía.
No obstante, continúa la doble investigación independiente del Departamento de Justicia sobre si, por un lado, hubo una violación de los derechos civiles en el caso de Brown, y, por otro, si la policía local mantiene prácticas discriminatorias, explicó hoy el fiscal general, Eric Holder, en una declaración.  
Ferguson intenta retomar la normalidad tras dos noches de caos y disturbios
Con un aspecto casi fantasmal, la localidad de Ferguson (EE.UU.) intentó hoy retomar la normalidad, tras dos noches de disturbios por la decisión de un jurado de no imputar al policía blanco que mató a tiros al joven negro Michael Brown.
Cubiertas por un manto blanco de nieve que empezó a caer al mediodía, las calles de ese suburbio, en el estado de Misuri, estuvieron hoy prácticamente desiertas de peatones, en la víspera de la celebración del tradicional Día de Acción de Gracias en el país.
Esa aparente calma, provocada quizás en parte por el intenso frío que azotó a esa localidad de 20.000 habitantes, en su mayoría afroamericanos, llegó después de que al menos 45 personas fueran detenidas la pasada madrugada durante la segunda noche de protestas.
Además, las fuerzas del orden decomisaron dos armas y un coctel molotov, precisó hoy el jefe del condado de San Luis, Jon Belmer.
No obstante, la noche del martes resultó menos violenta de lo previsto en la céntrica avenida de South Florissant, epicentro de las protestas desde el 9 de agosto pasado, cuando el policía Darren Wilson acabó con la vida de Brown, quien había robado una cajetilla de cigarrillos, en circunstancias aún por esclarecer públicamente.
En esa calle se alza el Departamento de Policía de Ferguson, habitual punto de concentración de los manifestantes.
La apabullante presencia de la Guardia Nacional, una fuerza militar de reserva que movilizó más de 2.000 agentes, impidió una repetición de los graves altercados del lunes, cuando más de ochenta personas fueron detenidas, una docena de edificios ardieron en llamas y se registraron saqueos y disparos al aire.
"No creo que nadie pensara que (los disturbios del lunes) iban a ser de esa magnitud", afirmó hoy el capitán de Patrulla de Autopistas de Misuri, Ronald S. Johnson, en declaraciones divulgadas por el diario local St Louis Post Dispatch.
Esa violencia estalló horas después de que el jurado investigador decidiera no imputar a Wilson por la muerte de Brown, cuya familia volvió hoy a cuestionar con dureza el fallo judicial.
"Escuchamos eso (el veredicto) y fue como haber recibido un disparo. Como si usted me tiroteara ahora. Nada de respeto, ni de comprensión. Nada", dijo la airada madre del joven, Lesley McSpadden, a la cadena televisiva CNN.
Salvo algunos vehículos policiales o todoterrenos de la Guardia Nacional, la presencia de las fuerzas de seguridad brilló hoy por su ausencia en Ferguson, aunque en la aledaña ciudad de San Luis tres personas fueron detenidas cuando simpatizantes de Brown forcejearon con la Policía en un intento de acceder al Ayuntamiento.
Numerosos establecimientos seguían hoy cerrados y protegidos con paneles de madera en la pequeña localidad, si bien algunos decidieron abrir sus puertas para recobrar una cierta normalidad.
"No hay nada que temer más que al propio miedo. Hay más cosas positivas en esta ciudad que ese campo de batalla en el que se ha convertido", indicó a Efe Suz Pratt, quien regenta una peluquería a pocos metros del Consistorio de Ferguson.
El dicharachero y afroamericano taxista Samson, de 48 años, espera que "todo vuelva a la normalidad" en un par de días, si bien cree que el cuerpo de policía local, integrado por una amplia mayoría de agentes blancos, debe cambiar radicalmente.
"Hay que modificar la ley para que no disparen a la gente. No me fío de la Policía. Es infrecuente ver a agentes negros. El color de la piel no es un problema. El problema es la actitud", subrayó a Efe Samson al volante de su automóvil.
Aunque algunos ánimos siguen calientes en Ferguson, varios vecinos optimistas desafiaron hoy al frío y, brocha en mano, se echaron a la calle para decorar con motivos navideños los paneles de madera que aún protegen muchos negocios ante eventuales disturbios.
"Estamos pintando estos paneles para hacerlos más atractivos de cara a la comunidad. Espero que hagamos reír y animemos a la gente. Con esto, tratamos de volver a una cierta normalidad mostrando apoyo a la comunidad", comentó a Efe la maestra Deanna English, embutida en un traje de faena tras pintar un simpático muñeco de nieve.
Frente a la mala reputación que la violencia ha dado esta semana a Ferguson, algunos lugareños han colgado de manera espontánea carteles en la tapias de madera en los que puede leerse la frase "Yo amo Ferguson", con un corazón rojo insertado entre esas palabras.
Ese corazón parece bombear la esperanza de acabar con todo tipo de violencia que tienen lugareños como la peluquera Suz Pratt, quien vaticina que "un movimiento por la paz está por venir". EFE

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