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miércoles, 24 de septiembre de 2014

LA GASOLINA ‘Crudo’ golpe al bolsillo boricua



Si hasta ahora el dinero no le estaba dando lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas, sepa que a corto plazo no se contempla mejoría alguna. Por el contrario, el panorama se pinta como uno desalentador.
La posibilidad de que el gobierno apruebe un nuevo impuesto al barril de petróleo está sobre la mesa y al parecer sería el nuevo ‘golpe de estado’ para el bolsillo del consumidor boricua.
El vaticinado impuesto sería para atender el déficit de $2,300 millones que arrastra la Autoridad de Carreteras y que mantiene a la agencia en turno, como la próxima corporación pública que podría declararse en quiebra, tal y como le sucedió a la Autoridad de Energía Eléctrica.
A juicio de diferentes integrantes del sector económico, el efecto de este posible aumento anunciado por el presidente de la Cámara, Jaime Perelló, y el presidente del Senado, Eduardo Bhatia, luego de la reciente Conferencia Legislativa en La Fortaleza, tendrá un efecto detrimental en la economía ya que reducirá marcadamente las posibilidades de consumo, lo que reducirá las ventas y por ende los ingresos del fisco por concepto del pago del IVU.
Integrantes de las principales organizaciones que agrupan comerciantes y empresarios del país coincidieron en que el impacto mayor se reflejará en otra alza en el costo energético y en el precio de la gasolina, dos de los segmentos que más pesan sobre la economía y los de mayor costo operacional para los negocios y las residencias.
El presidente de la Asociacion de Detallistas de Gasolina, Ricardo Román, sostuvo que es “altamente preocupante” otro impuesto, ya que impacta al sector directamente, encarece el producto y por ende reduce sus opciones de crecimiento. “Todo impuesto que impacte al consumidor directamente impacta a las empresas. Mientras menos sea el dinero disponible de los consumidores menores serán sus compras y con ello menores nuestras ventas”.

Aclaró que este tipo de medida regularmente se establece para instar al uso de la transportación pública, pero en el caso de Puerto Rico donde el sistema es ineficiente, el efecto es contradictorio y representa una carga económica adicional en momentos donde no existen muchas opciones.
Enfatizó que este tipo de imposición mina la capacidad de compra, reduce los volúmenes de ventas perdiéndose la viabilidad de muchos de los sectores económicos del país. “Los gastos se mantienen fijos, pero al reducirse los volúmenes de ventas, cada día es más precaria la situación de los negocios, lo que obliga a cualquier empresario a transferir esos costos siendo finalmente el consumidor el que resulta más perjudicado ya que tendrá que pagar más por todo bien o servicio que adquiera”, afirmó Román.
Para el presidente del Centro Unido de Detallistas, Rubén Piñero, ya todas las empresas están pagando impuestos altísimos que finalmente terminan en el bolsillo del consumidor. “Mientras más caro el bien o servicio, el consumidor se aguanta más. Estimamos que este impuesto pudiese representar aproximadamente cuatro centavos más de aumento por galón de gasolina, aumento que ni los detallistas ni los consumidores aguantan. Se supone que el gobierno tienda a mejorar la economía y con estos impuestos lo que está haciendo es retrasando el crecimiento económico del país”, resaltó Piñeiro.
Por otro lado, al presidente de la Cámara de Comercio, José M. Izquierdo, le parece bien que se busquen alternativas para intentar estabilizar las finanzas de la Autoridad de Carreteras, como propone la idea de aumentar el impuesto al petróleo, sin embargo dijo que ante el momento histórico “la alternativa seleccionada no es la más correcta”. Enfatizó que lo más idóneo es agilizar la reforma contributiva, de manera que se evalúen todos los impuestos y se eliminen unos y se agreguen otros creando estabilidad entre los consumidores en vez de seguir poniendo parchos. “Imponer otro impuesto ahora sería terrible. Todos los sectores productivos del país están sobre grabados y eso es muy peligroso para el desarrollo económico de cualquier país”, señaló.
En ese sentido se expresó igualmente la presidenta de la Asociación de Industriales, Waleska Rivera, quien declaró es tiempo de detener la práctica de seguir penalizando al sector productivo del país por las ineficiencias de las corporaciones públicas. “Si está una reforma contributiva a la vuelta de la esquina hay que esperar a que la misma contemple todas las necesidades del gobierno pero a su vez le haga justicia al sector productivo del país. Hay que dejar de poner parchos, porque cualquier nuevo impuesto solamente sigue minando nuestra competitividad. Hay que legislar desde el punto de vista global y de cara a una reforma contributiva que se supone contemple a todos los sectores económicos del país”, declaró Rivera.
Otro sector que levantó su voz fue el de los restaurantes, para el cual este impuesto propuesto le representará un alza a su costo energético el cual aseguran ya es insostenible. Carlos J. Morell, presidente de ASORE, que agrupa a los restaurantes, enfatizó que por los últimos cinco a seis años han visto crecer la partida del gasto energético en más de un 9% mensual. “Este impuesto impactará los gastos operacionales en todos los restaurantes en momentos donde más quiebras se están experimentando. El mismo es detrimental para nuestra industria. Contrario a lo esperado no hemos visto respuestas para mejorar la economía, al contrario se sigue grabando al sector privado del país. Lo que necesitamos son mayores alivios no que se nos siga penalizando. Al final del día el mayor perdedor es el consumidor”, opinó.
Para el economista, Jaime Benson esta nueva imposición que se pretende establecer se suma a las 70 que ya se han establecido entre los pasados dos presupuestos y cuyo efecto es de todos conocidos, una economía en baja sin indicios de mejoría. “Este impuesto lo que hace es echar más leña al fuego y perpetuar la contracción económica. Ahora hay que ver qué medidas se impondrán para establecer alivios contributivos en la esperada reforma contributiva. Habrá que eliminar la mayoría de los impuestos o reducirlos sustancialmente para poder ver alivios sustanciales. Hasta ahora no hemos visto nada significativo encaminado a levantar la economía. Todo parece indicar que no hay voluntad para revertir la política absurda de abrumarnos con más impuestos”, sentenció Benson.

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