Christopher Kaelin es el protagonista de esta historia tan curiosa. Invirtiendo apenas calderilla se llevó más de 270.000 dólares.
A comienzos del mes de abril repostó en una gasolinera de Chicago y ya de paso aprovechó para comprar un décimo de lotería. Pues bien, tuvo tanta suerte que ese billete estaba premiado con 25.000 dólares, premio que utilizó para regalarle una cena de lujo a su pareja.
Viendo que la cosa había ido tan bien, la semana siguiente decidió comprar otro décimo y para su sorpresa le volvió a tocar un premio, esta vez más austero: de sólo 1.000 dólares.
El acabose llegó cuando regresó al mismo kiosko donde le tocó por segunda vez la lotería y por cuestiones obvias decidió comprar otro boleto. Su sorpresa fue cuando rascó y se dio cuenta que en el billete había un cero más del que creía: había ganado 250.000 dólares en vez de los 25.000 que pensaba al principio.
Los loteros de la ciudad señalaban como "inaudito" el suceso. "No recuerdo a nadie que haya ganado tres veces este premio en toca poco tiempo", destacaba Mike Lang, lotero de Illinois.
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