En la constelación del Cisne y a unos 500 millones de años luz de la Tierra las observaciones del telescopio orbital Kepler y los análisis de los telescopios Keck y Géminis han confirmado la existencia de un planeta que podría ser habitable, anunciaron hoy los científicos.
En una teleconferencia de la agencia espacial
estadounidense NASA el científico del programa de exploración de
exoplanetas Douglas Hudgins destacó la enorme contribución que Kepler ha
hecho en la ubicación e identificación de planetas que orbitan
estrellas lejanas y que podrían contener agua líquida.
Kepler, lanzado en marzo de 2009 y que orbita a
149,5 millones de kilómetros de la Tierra, es la primera misión de la
NASA cuyo propósito es identificar "exoplanetas" y, según el científico,
"el telescopio ha cambiado totalmente la búsqueda".
"Hace apenas veinte años solo conocíamos unas
docenas de posibles candidatos a planeta exterior y ahora tenemos
alrededor de un millar, la mayoría descubiertos en los últimos cinco
años", añadió Hudgings.
El planeta descubierto, que orbita la estrella
enana Kepler-186 un poco más fría que el Sol y al cual se le ha
denominado Kepler-186f, fue analizado por el telescopio Géminis Norte de
ocho metros y su vecino el telescopio Keck II de diez metros, ambos en
Mauna Kea, Hawai.
"Es extremadamente difícil detectar y confirmar
estos planetas del tamaño de la Tierra y ahora que hemos encontrado uno
queremos encontrar más", dijo en una teleconferencia Elisa Quintana,
científica investigadora del Instituto para la Búsqueda de Inteligencia
Extraterrestre (SETI).
"Las observaciones de Keck y de Géminis combinadas
con otros datos y cálculos numéricos nos permiten confiar un 99,98 por
ciento en que Kepler-186f es real", indicó Thomas Barcklay del Instituto
de Investigación Ambiental del Área de la Bahia en Ames.
En febrero pasado la NASA anunció que el
telescopio Kepler había añadido 715 exoplanetas a la lista de un millar
de cuerpos que orbitan estrellas a una distancia de ellas que hace
posible la existencia de agua, y por lo tanto de vida.
La búsqueda de planetas similares a la Tierra es
una de las aventuras mayores en la investigación espacial actual, y
aunque se han detectado ya cientos de planetas del tamaño de la Tierra y
más pequeños, ellos circulan en órbitas demasiado cercanas a su
estrella como para que haya agua líquida en su superficie.
El Kepler-186f es el quinto planeta y el más
alejado de Kepler-186 en un sistema de cinco planetas, todos con tamaño
casi terrestre.
La intensidad y el espectro de radiación de la
estrella coloca al Kepler-186f en la zona estelar habitable, esto es
que, si el planeta tuviese una atmósfera y agua en su superficie, como
la Tierra, esa agua probablemente exista en forma líquida.
El método que han usado los científicos durante
años para ubicar exoplanetas que no pueden observarse directamente es la
"disminución de luminosidad" que ocurre cuando algún objeto transita
frente a una estrella desde el punto de vista de la Tierra y causa una
reducción en la luz vista.
El sistema de tránsito, sin embargo, no produce
una certidumbre, ya que puede haber otras razones por las cuales
disminuye la luminosidad de una estrella vista desde la Tierra, y por
ello los científicos han añadido una técnica denominada patrón de
tránsito múltiple.
Entre las 150.000 estrellas observadas por Kepler
sólo un par de miles tiene un patrón de disminución de la luminosidad
por tránsito de un objeto.
Si el patrón de tránsito es múltiple no ocurre al
azar, según los científicos, sino que responde a la presencia de
candidatos más firmes a planeta. EFE