El designado superintendente José Luis Caldero López recibirá una Policía con muchos menos recursos que la que dejó hace unos cuatro años, y programas como el que había desarrollado mediante el uso de agentes encubiertos para ir más allá que las meras compra de drogas en los puntos e infiltrar las narco organizaciones prácticamente desmantelados.
Una de las razones por los que los encubiertos fueron fulminados durante las superintendencias de los ex agentes del GBI, José Figueroa Sancha y Héctor M. Pesquera era el salario de unos $4,100 al mes que devengaban.
Caldero López trabajó en el programa de seguridad de la presente administración, y verá también como el proyecto de ‘Escudo Costero’ está prácticamente inoperante.
La Policía tiene un helicóptero operando y los cuatro adquiridos a un precio multimillonario todavía no están en funciones, estimándose que quizá para fines de abril uno entre en servicio.
La Policía ya recibió un recorte de $18 millones de lo que queda del año fiscal que termina el 30 de junio. La falta de dinero afecta tanto servicios como la compra de materiales y el mantenimiento de la flota.
Cuando asuma el cargo después de su confirmación por el Senado tendrá que poner en vigor el más con menos, y será su creatividad lo que pueda hacer la diferencia para que su empeño por servirle al pueblo se note.
No bien ocupe la oficina en el tercer piso del anexo del Cuartel General, estará obligado como primera tarea trabajar en el presupuesto para el próximo año fiscal, el que tendrá que defender ante la Legislatura en las próximas semanas.
El éxodo de agentes y empleados civiles registrado en los últimos años será otro de los problemas que enfrente a la hora de buscar talentos para crear su equipo de trabajo, que se espera sea uno distinto al que ha estado operando por los últimos años.