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domingo, 27 de abril de 2014

HECTOR LAVOE UNO DE LOS MEJORES Y QUERIDO DE LA SALSA "La Caribeña presenta su historia" www.hiradios.com






Héctor Juan Pérez Martínez más conocido como Héctor Lavoe (Ponce, 30 de septiembre de 1946 - Nueva York, 29 de junio de 1993)4 fue un cantante de salsa puertorriqueño, cuya personalidad, estilo y cualidades de su voz lo llevaron a una exitosa carrera artística en el ámbito musical de la música latina y salsera durante los años setenta y ochenta.

La limpieza y brillo de su voz aunada a una dicción impecable y la cualidad para cantar fraseos extensos y rápidos con total naturalidad, lo hicieron uno de los cantantes favoritos del público latino.




 


                        Infancia e inicios

Héctor Juan Pérez Martínez (uno de ocho hijos), nació en el seno de una familia humilde en Ponce (Puerto Rico). Era hijo de Francisca Martínez (Panchita) y de Luis Pérez (Lucho). A los tres años de edad perdió a su madre, lo cual sería el primero de muchos golpes en la vida del cantante. Su padre, quien tocaba la guitarra con tríos y orquestas locales dio instrucción musical a su hijo, y lo matriculó en la Escuela de música Héctor Juan Morel Campos; tenía el sueño de ver a Héctor convertido en un gran saxofonista. Aunque Lavoe aprendió los fundamentos de música, pronto perdió interés en el instrumento. Sentía que lo suyo era cantar.

Cuando era joven, Héctor pasó gran parte de su tiempo escuchando música jíbara y popular. Sus cantantes favoritos eran Chuito El de Bayamón, Odilio González y Daniel Santos, cuyas voces y estilos imitó. Otros cantantes que influyeron enormemente en Héctor fueron: Cheo Feliciano, Ismael Rivera, y la clara voz de Ismael Quintana.

A la edad de 14 años, era el cantante en una banda en Puerto Rico. Le pagaban dieciocho dólares por noche, lo que en 1960 era un buen sueldo para un joven.



Héctor soñaba con cantar en Nueva York y hacer fama y fortuna. Su padre estaba totalmente en contra de la idea, porque el hermano mayor de Héctor había emigrado hacia allá y murió en un accidente. Contra los deseos de su padre, Héctor llegó a Nueva York el 3 de mayo de 1963 a la edad de 17 años. 


Se mudó con su hermana mayor Priscilla. Su primera impresión de la ciudad, la cual consideraba como un lugar espléndido en la Tierra, fue decepcionante, al ver en la parte latina los edificios descuidados y las calles llenas de basura.

Sus primeros trabajos después de su llegada fueron como pintor, maletero, mensajero y conserje. Su amigo de la infancia, Roberto García, que vivía en Nueva York, lo invitó a asistir a un ensayo de un sexteto que se estaba formando. El vocalista cantaba «Tus ojos» y no estaba haciendo un buen trabajo, así que Héctor le sugirió que lo intentara de otra manera. Héctor cantó la melodía para que el cantante pudiera hacer los ajustes necesarios y la banda lo asimiló inmediatamente como su cantante principal.5

Más tarde se conectó con Russell Cohen, director de la New Yorker Band con la cual en 1965 grabó su primer sencillo de 45 rpm: «Está de bala». Comenzó a tocar con bandas como la de Francisco Bastar Kako y sus All Stars, a través del cual conoció a su padrino artístico Johnny Pacheco, que inmediatamente reconoció su talento artístico y, poco después se lo recomienda a Willie Colón para la grabación de su primer disco El malo (1967).











 


 Etapa como cantante de la orquesta de Willie Colón (1967-1974)

 

 






 


Entre 1967 y 1973, Lavoe se convirtió en el cantante de la Orquesta de Willie Colón, con quien grabó un total de nueve discos.

Willie Colón era un músico joven que estaba tocando jazz latino y boogaloo. En 1967 tenía listo su primer álbum para Fania Records y a Johnny Pacheco no le gustó el cantante de esa orquesta y propuso a Héctor Lavoe para que lo sustituyera. Para aquel entonces Colón era considerado un joven músico de propuestas interesantes pero con mal sonido. Pacheco ya estaba al tanto de la voz de Héctor, su enunciación impecable y sus habilidades estilísticas.

En un principio Lavoe no estaba interesado en grabar con Colón, ya que consideraba que esa agrupación tenía muchas fallas y alimentaba la esperanza de ser llamado por alguna de las orquestas más importantes del momento. Considerando que su pasantía por esa orquesta sería corta, se negó a participar en las portadas de los dos primeros álbumes.


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