La sorpresa de su vida. Un joven alemán compró hace un par de semanas una taza para desayuno. Normalita, a buen precio. No se fijó en el diseño pero sí que lo hizo cuando fue a estrenarla unos días más tarde. Seguramente fue el peor trago de su vida.
Los dos euros peores invertidos de su vida. En esa taza se escondía un sello de 30 céntimos con un retrato de Adolf Hilter, el famoso dictador alemán. "He roto la copa a pedazos", afirmaba al diario Bild.
Un total de 175 copas fueron vendidas en ese periodo de tiempo. Los clientes llegaban a la tienda para cambiar los productos y presentar la respectiva hoja de reclamaciones.
La empresa que ha comercializado estas tazas ha anunciado que los clientes devuelvan el producto y que ha cambio se les entregará un vale descuento de 20 euros.
Ver para creer pero... ¿Casualidad o un acto intencionado? Más de uno en Alemania cree que ha sido un acto premeditado.