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domingo, 13 de abril de 2014
El estudio revela que el tamaño de los testículos del macho también determina el grado de infidelidad de las hembras
Desentrañar los misterios de la infelidad masculina suele ser un tema recurrente tanto en el ámbito psicológico como en el plano científico. Por eso los expertos se dedican a estudiar los comportamientos sexuales de los animales buscando pruebas y evidencias científicas que consigan explicar eso mismo en los seres humanos.
Lo último que hemos sabido es que varios estudios científicos han relacionado el tamaño de los testículos y la producción de esperma con la infidelidad del hombre. Y si bien muchas investigaciones estaban directamente relacionadas con el comportamiento de los machos y el tamaño de sus testículos, este nuevo descubrimiento, publicado en The Telegraph, también se centra en la fidelidad de las hembras.
Pese a que en el mundo animal no se puede hablar de fidelidad, debido a que las hembras de cualquier especie no se comprometen con un macho, sí pueden ser más o menos promiscuas. Este análisis, llevado a cabo por el profesor Petter Bockman de la Univesidad de Oslo (Noruega), ha descubierto principalmente que los primates con testículos más grandes eran más propensos a ser infieles.
“Podemos determinar el grado de infidelidad de los primates de sexo masculino observando el tamaño de sus testículos. Cuanto más grandes los tienen, son más infieles a su pareja”, explica el científico.
Esto se debe a que un macho con testículos grandes tiene una mayor cantidad de espermatozoides y, por lo tanto, está motivado a difundir sus genes a través de múltiples hembras. En aquella época muchas especies de primates tenían hembras que buscaban aparearse con varios machos, por lo que la selección natural llevó a que los hombres de la especie tuvieran genitales más grandes para reservar más esperma y por ende tener más crías.
Por otra parte, el estudio revela que el tamaño de los testículos del macho también determina el grado de infidelidad de las hembras, quienes al ser más selectivas buscan a un varón que logre la misión de la procreación y a la vez a uno que tenga más probabilidades de ser fiel.
Asimismo, el gran tamaño de los testículos también puede provocar que los machos sean más propensos a desarrollar cáncer. “Los animales con vidas cortas suelen tener testículos enormes.”Por ejemplo, hay un tipo de saltamontes cuyos testículos ocupan la mitad de su masa corporal, y el erizo de mar es prácticamente un enorme testículo con un poco de cáscara a su alrededor”, apunta Bockman.
Los testículos de los hombres son generalmente una vez y media más grandes que los de los primates, lo que podría explicar nuestra propensión a la infidelidad.