Uno de los momentos más complicados para una pareja es cuando uno de sus miembros sospecha que el otro le puede estar siendo infiel. Lo peor del caso es que cuando se cae en la cuenta, quizá sea el último en enterarse y la relación paralela ya lleve tiempo «funcionando a escondidas», con todo lo que eso supone.
¿Por qué no me habré dado cuenta antes? Se preguntan muchas veces las personas engañadas. En la mayoría de casos, el afectado no se da de bruces con el conflicto por no haber sido capaz de detectar las «señales» que su pareja venía emitiendo desde hacía un tiempo.
Según una reciente encuesta realizada por SexPlace, existen cinco indicios muy evidentes de que nuestra pareja nos ha sido infiel físicamente:
—Dedica mucho más tiempo del habitual a arreglarse, a comprarse ropa y a cuidar su cuerpo.
—Se contradice al hablar y tiene problemas para hacerse entender porque habla muy deprisa y se atropellan sus palabras. No te mira a los ojos mientras se comunica contigo.
—Está muy pendiente de su teléfono y te envía mensajes muy impersonales, que podría haberle enviado a otra persona perfectamente cambiando el nombre. Se le escapa un mote cariñoso que nunca había utilizado contigo.
—Llega tarde a casa por supuestos compromisos profesionales que antes nunca se producían, incluso en fin de semana.
—Olvida algunas celebraciones y aniversarios. De repente, no recuerda fechas señaladas de vuestra relación.
Por qué son infieles hombres y mujeres
Pero, ¿cuáles son las causas por las que las mujeres deciden ser infieles a sus parejas? Hay varias razones, pero en las que más coinciden las mujeres que han respondido a la encuesta, destacan las siguientes:
—Sentirse descuidada y poco valorada.
—Despecho, con la intención de «devolvérsela» a una pareja que le ha engañado previamente.
—Aburrimiento. La rutina se ha instalado en sus relaciones sexuales.
—Deseo de experimentar sensaciones nuevas con otras personas.
—Enamoramiento de otra persona.
Los hombres también tienen sus propios motivos:
—Deseo de experimentar sensaciones nuevas con otras personas.
—No se siente querido.
—Descontento general con la relación sexual que mantiene con su pareja.
—Temor al compromiso.
—Sigue enamorado, pero se acabó la chispa.