HiRADiOs Voz Dominicana

miércoles, 19 de marzo de 2014

UNA CARTA DE UNA AMIGA BASTA?



Por más de dos años he estado recibiendo cartas de Milagros.   Esta joven lleva años compartiendo su vida con un hombre que tiene una relación con otra mujer. Él le asegura que no está casado con ella, pero qué tiene que ver la primavera con el cangrejo. El detalle aquí es que para este hombre la prioridad en su vida es otra, no Milagros.
 Lo triste es que ella lo sabe, y lo acepta, o debo decir lo aceptaba, porque al fin,  ha decidido dar el paso y romper con esa relación tóxica y desigual que la lleva atormentando por casi tres años. Para mi sorpresa,  recibí una carta en la que me pedía que publicara su historia. Siempre fue renuente a reconocer su situación romántica, y mucho más a hacerla pública. Pero se cansó. Dijo basta ya. Aquí su carta.
 “Apreciado Nelson,  soy fanática de tus columnas.  Disfruto tus comentarios y relaciones con tus amig@s y la manera jocosa de cantarle las verdades a los demás. Así como has hecho conmigo en los últimos años. Te cuento, mi amigo, que tus últimos consejos han sido  el empuje que necesitaba para romper con esta relación tóxica que me ha llevado a una amargura total,  a perder la autoestima y la dignidad. Tomo la decisión de que se conozca mi historia para que así cualquier otra de las amigas se reflejen en mi caso y se den cuenta que nunca el panorama va a cambiar. Solo será mejor, si se termina la relación. 
 Tres años de mi vida se los he dedicado a este hombre que conocí en un vuelo de Nueva York a España. Ahí comenzó el romance. Miradas en el terminal, una invitación a un drink, intercambiamos información. Ambos ejecutivos de cuenta, incluso con uno que otro conocido en común. En el avión, asientos en primera clase, champagne, salmón, coquetería extrema, intercambio de tarjetas, de correos electrónicos, y el primer baño de agua fría, la primera desilusión apenas a 9 horas de haberlo conocido. Una vez el avión aterrizó le pregunté si quería que lo llevara a su casa pues mi carro estaba en el estacionamiento del aeropuerto. Un seco “no” salió de sus labios. “Me están esperando. Te llamo luego y te cuento”. Salió del avión como si no me conociera. Efectivamente, afuera aguardaba una chica muy guapa y elegante. Besos, abrazos, y yo mirando. ¡Qué tonta!
 Pero más tarada fui cuando esa noche me llamó porque quería verme al día siguiente. Ese era el momento de decir que no. Mas no lo hice. Lo vi y me contó que ella era su compañera de par de años. Me dijo que no estaban casados. (Y aquí abro un paréntesis porque muchas mujeres pensamos que porque un hombre no está casado la unión no es válida y duradera. Eso es un gran error, casados o no casados, están con otra no con uno).  
 En mi caso, a este hombre le di dinero para que pagara sus cuentas porque su “compañera”  no se ajustaba al presupuesto. Para mí nunca hubo cenas en restaurantes ni cines, ni conciertos, ni siquiera regalos ni flores. Para mí era  el amor de mi vida, para él yo era su “little dirty secret”. 
 La gota que colmó la copa fue el viaje a Punta Cana que  hizo con ella. Me dio toda clase de excusas. Eso sin contarte que más de cien veces he escuchado el estribillo “esta semana la dejo”. 
En cuanto al viaje, tuvo la osadía de pedirme prestada la tarjeta de crédito para luego reponerme el pago. Por supuesto que le dije no.  
 No te digo que perdí mi tiempo porque tuve hermosos momentos, pero no es justo. Amigas, no se crean ese cuento de que duermen en el sofá, de que no es el momento,  que si los hijos... No te engañes,  bien sabes que no es tuyo. El amor de pareja no se comparte. Pocos las dejan para quedarse con la otra. Eso es leyenda urbana. Se pierde tiempo, juventud, energía, ánimo, la capacidad de confiar en otra persona. Cara, no quiero respuesta de tu parte, solo publica la  carta. Me cansé  de ser la otra.