Los alimentos, como sabes, nos proporcionan la energía y los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para funcionar a diario. Algunos, se han ganado una reputación especial: la de mejorar, estimular o incrementar el deseo sexual (o libido). Esa es precisamente la definición de un afrodisíaco, cuyo nombre deriva de Afrodita, la diosa griega del amor (su contraparte es la Venus de los romanos).
¿Realidad o sugestión?
Algunos alimentos tienen fama afrodisiaca por su forma sugestiva, como el espárrago, el plátano y las ostras que se asemejan a los genitales de ambos sexos, o a otras partes eróticas, como las fresas (frutillas) que algunos llaman “pezones de fruta”. Otros como el chocolate o las especias como el anís o la canela dicen que tienen efectos estimulantes y de ahí su reputación de mejorar el vigor sexual. El alcohol, por su parte, generalmente no falta en las cenas románticas, cuando se consume en moderación, puede ayudar a eliminar las inhibiciones y así las personas se sientan más libres para demostrar sus sentimientos o pasiones.
Yo, por mi parte, coincido con la opinión de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) que los considera a todos como placebos. ¿Qué quiere decir esto? Esto significa que estos alimentos o sustancias no tienen más poder que el que le otorga la mente del que lo consume. Si se cree firmemente que funciona, pues funciona, más como sugestión que como poder real.
Imagínate, por un momento, una escena en la que una pareja que se quiera, que sienta atracción el uno por el otro, se dispongan relajadamente a compartir una cena con platos que les apetezcan, ya sea a base de una sencilla pechuga de pollo o de una sofisticada langosta. El tipo de comida no es importante, siempre y cuando te guste. En un ambiente relajado, con dos personas que se gusten y se dediquen tiempo y atención mutuamente, ya existen los elementos para una buena relación amorosa. No hay afrodisíaco más potente que saber que le agradas a tu pareja y ella desea estar contigo, lejos del estrés y de las preocupaciones. Cualquier alimento que te guste te servirá de combustible, lo mismo si se trata de un plato de ostras que un sencillo pescado a la plancha o un omelet con verduras.
Lo que sí espanta al amor y al buen desempeño sexual es una cena demasiado pesada, que invite más a una siesta que al encuentro sexual.
En mi opinión, cualquier alimento tiene un potencial afrodisíaco si beneficia tu salud, te proporciona energía y los elementos nutritivos que tu cuerpo necesita. Si además lo preparas con esmero y te esfuerzas en una bonita presentación, no necesitas mucho más para lograr un efecto acogedor y romántico que sirva de antesala al encuentro sexual.
No esperes a que un alimento específico sea la clave para disfrutar con tu pareja. Mi receta para el mejor de los afrodisíacos es ésta: cuida tu salud, a base de una dieta nutritiva y balanceada, combinada con una buena dosis de actividad física que te mantenga fuerte, que te ayude a controlar el estrés y de paso, contribuya a que logres un buen descanso.
Si sigues mi consejo, podrás disfrutar plenamente tu sexualidad. El momento y las circunstancias lo decidirán tanto tú como tu pareja sin necesidad de más afrodisíaco que la atracción y el amor que sientan uno por el otro.