El primer episodio en 2014 de la rivalidad entre Miguel Cabrera y Mike Trout se libró con calculadoras. Pero no fue para sacar cuentas sabermétricas para terciar en el debate sobre quién es el mejor.
En la antesala del inicio de la temporada, Cabrera y Trout pactaron nuevos contratos que avalan el extraordinario presente de bonanza económica que impera en el béisbol de Grandes Ligas.
Con el monto de 292 millones de dólares por 10 años que pactó con los Tigres de Detroit, Cabrera quedó presumiendo con el contrato más lucrativo de todas las ligas profesionales de Estados Unidos. La magnitud fue tal que LeBron James, el referente máximo de la NBA, reaccionó aturdido y —con envidia sana— lamentándose que su liga tuviese un tope salarial.
Los ejecutivos de Detroit defendieron a capa y espada el compromiso garantizado que habían asumido con el venezolano de 31 años, insistiendo que el ganador de la Triple Corona en 2012 está encaminado a ser uno de los mejores de todos los tiempos.
Apenas horas después trascendió otro contrato de impacto, con los Angelinos de Los Angeles atando a Trout por 144,5 millones y seis temporada. Con apenas dos campañas de servicio en las mayores, Trout tendrá un salario promedio de 24 millones. Nada mal para el jardinero de 22 años, segundo detrás de Cabrera en las votaciones al Jugador Más Valioso de la Liga Americana en las últimas dos campañas, ambas tras encendidos debates al compararse estadísticas tradicionales con los análisis avanzados.
¿Volverán a medir fuerzas en uno nuevo pulso por ser el más valioso de su liga? Eso se sabrá en los próximos meses, en los que las mayores verán a Derek Jeter despedirse tras una ilustre trayectoria de dos décadas. La ilusión del capitán de los Yanquis es irse a lo grande, con un sexto anillo de campeón de la Serie Mundial.
Además, los Medias Rojas de Boston intentarán convertirse en el primer club que revalida el título del Clásico de Otorño desde los Yanquis entre 1998-2000. Robinson Canó abandonó el Bronx y ahora es compañero de equipo de Félix Hernández en Seattle.
Las lesiones de codo, con la posterior operación Tommy John, se han acentuado, dejando fuera a una media docena de brazos en la pretemporada como fue el caso de Jarrod Parker, Patrick Corbin, Kris Medlen, Brandon Beachy, Bruce Rondón y Luke Hochevar.
La campaña en Estados Unidos se pone en marcha el domingo en la noche, cuando los Padres de San Diego reciban a los Dodgers de Los Ángeles, que se encargaron el pasado fin de semana de abrir el telón barriendo a Arizona en dos juegos disputados en Australia.
Aquí otros cinco temas de conversación al dar comienzo la temporada.
REPETICIONES DE VIDEO:
La consigna de las mayores es reducir al mínimo las polémicas por fallos de sus umpires, como el que le costó a Armando Galarraga un juego perfecto en 2010. Así que a partir de esta campaña, con una inversión de 10 millones de dólares, se tendrá un “centro de comando” instalado en el Chelsea Market de Nueva York que analizará jugadas cerradas, salvo bolas y strikes. Ocho umpires estarán asignados a trabajar en el sitio cada semana.
Increíble que no haya sido hasta ahora que el béisbol haya decidido aceptar la tecnología para evitarse innecesarias controversias. Hasta la Serie Mundial de Pequeñas Ligas venía usando las repeticiones desde 2008. Pero mejor tarde que nunca.
Ahora, los managers podrán presentar a un reclamo por partido, obligando al umpire llamar a Nueva York para que emita el fallo definitivo. Si estaba en lo correcto, el piloto dispondrá de un segundo reclamo. Luego del séptimo inning, los umpires podrán pedir por iniciativa propia un análisis, pero solo en caso que el afectado ya hizo uso del suyo.
Las mayores confían que el análisis no demore más de tres minutos. Se podrán apelar jugadas como interferencia de un fanático, pisa y corre, el toque correcto con el guante para el out, un bateador golpeado o si un batazo cayó en territorio de foul o no. Aparte de las bolas y strikes, se excluyeron los balks, si el bateador completó un swing, salirse del sendero en el que se debe correr y las interferencias y obstrucciones.
EMBESTIDAS EN EL PLATO:
A modo de experimento por un año, los corredores no podrán embestir deliberadamente a los receptores en el plato.
La nueva regla, 7.13, estipula que “el corredor intentando anotar no podrá salirse del sendero directo al plato para buscar contacto con el cátcher (u otro jugador cubriendo el plato)”.
El jugador que no cumpla con la regla será declarado out sin importar si el defensor deja caer la pelota. Todavía se permite el contacto si el receptor tiene la pelota y está bloqueando el plato. Puede ir por el contacto, pero no podrá usar los codos y hombros. Lo que se trata de estimular es que los corredores intenten deslizarse con más frecuencia en vez de embestir.
MÁS GLOBALIZACIÓN:
Los dos primeros juegos de la campaña se disputaron el fin de semana en Sydney, con una serie entre los Dodgers y Diamondbacks. Tras aperturas en Japón, México y Puerto Rico, fue la primera vez que las mayores montaron juegos oficiales en Australia, todo como parte del objetivo se expandir el deporte.
El pitcher japonés Masahiro Tanaka debutará con los Yanquis. Su adquisición por 155 millones y siete años es la primera tras el cambio del proceso de subastas para importar peloteros de Japón, en el que un club de Grandes Ligas no puede pasarse más allá de los 20 millones en cuanto al desembolso que debe darle a su contraparte nipón para negociar con el jugador. Y los Medias Blancas de Chicago confían que José Dariel Abreu sea el nuevo desertor cubano que cause sensación, siguiendo los pasos de Yasiel Puig (Dodgers), Yoenis Céspedes (Atléticos) y Aroldis Chapman (Rojos).
También están surgiendo jugadores brasileños. Yan Gomes desplazó a Carlos Santana como titular de la receptoría en Cleveland y André Rienzo podría abrirse dentro de poco un hueco en la rotación de los Medias Blancas.
MÁNAGERS NOVATOS:
Entre los nuevos mánagers, Brad Ausmus releva a Jim Leyland en Detroit, Bryan Prince a Dusty Baker en Cincinnati; Matt Williams a Davey Johnson en Washington; y Rick Rentería a Dale Sveum en los Cachorros. Todos tendrán su primera experiencia como pilotos. La única excepción es Lloyd McClendon en Seattle.
Asignar la responsabilidad a un dirigente debutante funcionó con Mike Matheny en San Luis, al conducirles el año pasado a la Serie Mundial tras reemplazar a Tony La Russa.
Se trata de una tendencia que se viene imponiendo desde fines de 2011. En los 17 cambios de mánager que se han dado desde entonces, los equipos se han ido 13 veces por un dirigente con menos experiencia dirigiendo que su predecesor. Y dos de los pilotos que tenían experiencia previa (Ozzie Guillén y Bobby Valentine) no sobrevivieron su primer año al frente.
DEFENSA:
Otra tendencia es evitar carreras. Para ello el énfasis en la defensa tiene más relevancia que nunca. Equipos como los Tigres ahora cuentan con coordinadores cuya tarea exclusiva es analizar los patrones de los bateadores para entonces establecer el sitio correcto donde los infielders y jardineros deben estar posicionados.
Todos quieren emular el ejemplo de los Rays de Tampa Bay, siempre a la vanguardia en cuanto a los análisis de patrones y estadísticas, que el año pasado encabezaron las mayores al evitar 13.9 carreras con los constantes ajustes defensivos ordenados por su piloto Joe Maddon.