El Desfile Nacional Puertorriqueño, uno de los acontecimientos más importantes para la comunidad hispana de Nueva York, se vio sumido en el escándalo el jueves, después de que el fiscal general del estado Eric Schneiderman, anunciara que el hispano que se encargaba de recaudar fondos para el desfile estafó un millón de dólares a los organizadores del festejo, que no supieron supervisarle lo suficiente.
La investigación de Schneiderman ha forzado la dimisión de más de la mitad de los miembros de la junta directiva del desfile, que fueron acusados de “no implementar controles financieros básicos o la supervisión adecuada” de Carlos Velásquez, el encargado del mercadeo y recaudación de fondos de la marcha.
El Desfile Nacional Puertorriqueño, celebrado un domingo cada junio, atrae a miles de personas a la Quinta Avenida para celebrar la cultura e historia puertorriqueñas. Se trata de uno de los desfiles más grandes que se celebran en la ciudad y cuenta cada año con la presencia del alcalde de Nueva York y celebridades hispanas.
Velásquez no informó a los organizadores del desfile sobre todas las recaudaciones que realizó, usó billetes de avión donados al desfile para su uso personal y gastó dinero que se suponía era para becas escolares en carrozas del espectáculo y otros proyectos, dijeron las autoridades. El hispano llevaba más de 30 años dedicándose al mercadeo y recaudación de fondos para el desfile.
Llamadas realizadas a Velásquez por parte de Associated Press no fueron respondidas.
Tras desmantelar al grupo de líderes del festejo, Schneiderman ha colocado a 10 nuevos miembros en la junta directiva. Otros seis, incluidos la presidenta Madelyn Lugo, han sido forzados a dimitir.
“La entidad sin fines de lucro que organiza el desfile tiene una gran responsabilidad con la comunidad puertorriqueña, con sus donantes, y de garantizar que el desfile sea una fuente de orgullo para todos los puertorriqueños”, dijo Schneiderman en rueda de prensa. “Con las reformas que estamos anunciando, la nueva junta directiva tomará ahora la responsabilidad de poner el NPRDP (como se conoce el espectáculo por sus siglas en inglés) sobre una base firme, para que el desfile sea un éxito este año y en el futuro”.
El fiscal general llegó a un acuerdo con Velásquez por el cual el acusado debe renunciar a un millón de dólares que había gastado en nombre del desfile y que el desfile le debía. Aun así deberá pagar 100.000 dólares a los organizadores del festejo y se le prohíbe volver a trabajar con ellos o en negocios que tengan conexión con el desfile.
Lugo, la ex presidenta de la junta directiva, no se mostró el jueves en contra de la investigación pero sí calificó como “injusto” el que la echaran de la organización.
“Si nosotros no hemos hecho nada malo dentro de la junta ¿por qué se nos fuerza a renunciar?”, dijo la puertorriqueña durante una rueda de prensa en el condado del Bronx. “Lamento mucho que nuestro agente de mercadeo nos haya fallado. Yo siento que fui traicionada, que la junta fue traicionada, y que la comunidad puertorriqueña y el pueblo de Puerto Rico fue traicionado”.
El senador estatal Rubén Díaz, quien acompañó a Lugo en la rueda de prensa, dijo que el hecho de que el fiscal forzara las dimisiones es un “abuso” y una “persecución”.
Unas 761.000 personas de origen puertorriqueño viven en la ciudad de Nueva York. El cantante Ricky Martin fue el “rey” del desfile en el 2007 mientras que Jennifer López y Marc Anthony se convirtieron en las estrellas del espectáculo en el 2006.
Aun así al desfile no le ha faltado polémica: el año pasado líderes puertorriqueños criticaron el hecho de que un logotipo parecido al del desfile apareciera en las latas de cerveza Coors Light, ofreciendo así una imagen de los puertorriqueños como amantes del alcohol, dijeron. Lugo aclaró en ese momento que el logotipo no era el del desfile.