La lepra está presente en 115 países, entre ellos España -según datos de la OMS-. En 2012, el País Vasco es la Comunidad Autónoma que más nuevos casos registra: 4 de un total de 9. No es la única. Enfermedades que suenan a otros tiempos, a lugares remotos están volviendo a aparecer en España al tiempo que otro tipo de dolencias con las que convivimos de ordinario en nuestro país se están agravando por efecto de la dichosa crisis. ¿Estamos ante un 'cuéntame como pasó' en la consulta del médico? Puede...
Hablemos de la lepra. Lo primero que hay que saber es que es una enfermedad de fácil y rápido diagnóstico con un tratamiento que de manera precoz puede evitar las secuelas. El caso es que en España se diagnósticaron, a lo largo de 2012, nueve casos de lepra en su mayoría casos importados. Aunque por supuesto, hay casos autóctonos, generalmente en zonas históricamente endémicas como Galicia, Andalucía yLevante. En cuanto a la evolución de la enfermedad, las casuísticas se mantienen en torno a los 15 o 20 casos nuevos anuales, con una prevalencia -número de casos registrados- ha bajado: en 2011 había 72 casos y en 2012 hay 57 casos registrados.
"No es de recibo el alarmismo, no se puede jugar con estas cosas. Para ser gráfica, yo prefiero ir en un vagón de metro con un infectado de lepra que con uno de gripe. El contagio es muy difícil y se sabe que, de forma natural el 96-98% de la población está inmunizada contra la lepra ", dice Arantza Jorge responsable de Anesvad de la India.
El caso es que, según el doctor Ramón Gómez Echevarría, de Lepra Fontilles, "no tenemos que preocuparnos, pero sí tenemos que estar alerta. De hecho en la década delos 50 había más de 7.000 casos censados de lepra en España". En su opinión, esto significa que "el control de la enfermedad es muy bueno, aunque se debe ser consciente de que el 70% de los casos son importados, como consecuencia de la globalización o el turismo". Dicho de otro modo, "la lepra, como la maleta o el souvenir, también viaja con nosotros", subraya Arantza Jorge.
La cuestión es que la lepra se conoce poco y mal. Aún seguimos pensando en el enfermo apartado de la sociedad, en leproserías. Según Quiroga, "hay un tratamiento muy fácil y sencillo que garantiza el éxito y que es dispensado gratuitamente por la OMS, que consiste en una multiterapia antibiótica durante seis meses o un año". Y ya está. Aunque eso no quiere decir que haya que bajar la guardia. La lepra se esconde en países con mucho hacinamiento. Pero no está lejos, "piensa que hace 100 años había lepra en todo el mundo y de hecho su descubridor era Noruego". Atentos...
EL MIEDO A LAS VACUNAS
Junto a la lepra hay algunas enfermedades mortales erradicadas que vuelven a aparecer en España y parece que nunca nos encontraremos totalmente fuera de peligro. Sarampión, paperas, varicela,polio, rubeola, difteria... ¿Las causas? Primero que una parte de la población española ha dejado de vacunarse de forma voluntaria de las enfermedades "de toda la vida" y, por otro, los viajeros y su riesgo, y la creciente llegada de la población emigrante que tampoco llegó inmunizada.
Algunas de estas enfermedades son muy peligrosas y se han cobrado una gran cantidad de víctimas. Pues bien, el gran remedio es el calendario de vacunación, pero nos encontramos con personas que piensan en las vacunas en términos de teorías de la conspiración, o lo que es lo mismo y en resumen, que las vacunas son un peligro para la humanidad. Lo que resulta sorprendente es que "cuando se intenta argumentar en contra de la vacunación, en realidad, nunca se han dado datos verdaderamente fiables", según José María Vayas, responsable del Centro de Vacunación de Adultos del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínic de Barcelona.
La razón principal es que muchos padres deciden no vacunar a sus hijos, ya que en lugar de informarse médicamente, prefieren escuchar argumentos relativos y fiarse de ellos. Debido a esto, después del gran avance eliminando estas enfermedades, volvemos a encontrarnos en una situación de riesgo inclusive las personas vacunadas. Así, en lo que va de año, las paperas han aumentado un 159%, el sarampión un 3.660% y la varicela un 27% con respecto al año pasado.
Desde el Grupo de Atención Inmigrante de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria esgrimen un ejemplo, el de Almería: en el último brote de sarampión, casi todos los infectados eran adultos españoles que no se beneficiaron de la existencia de vacunación, comenzadas en 1986, porque ya entonces no eran niños.
Muchos adultos españoles están inmunizados porque padecieron estas enfermedades en su infancia, sobre todo los mayores de 35 años. ¿Otro ejemplo? El Centro Nacional de Epidemiología registra en los primeros seis meses un repunte de los casos de paludismo. Son casos importados. ¿Cómo llegan a España? Lo traen los cooperantes, los viajeros, los turistas.
El jefe del servicio de medicina tropical del hospital Carlos III de Madrid, Sabino Puente, asegura que el inmigrante que viene a España "es el más sano que hay", afirma, "y no viene con otras enfermedades que las que ya existen aquí: hepatitis, sida o sífilis". En su opinión, "hay que desterrar las leyendas sobre que los inmigrantes nos traen enfermedades".
Puente, sin embargo, admite que ve en su consulta algunas dolencias típicas de países tropicales, raras y de las que se sabe poco. "Pero no son peligrosas. La más frecuente es el mal de Chagas. Pero no tiene riesgo y no se contagia, porque el parásito que la causa y la transmite no vive en España", indica. Apunta también que el último caso documentado de paludismo, por ejemplo, se dio en Huesca en 2010. "Esa persona no era inmigrante, era español y no había viajado. Y es que el mosquito que causa y transmite la enfermedad lo podemos encontrar en zonas de marisma española.". Según este especialista, incluso el dengue podía originarse y transmitirse en España.
Para este especialista, la enfermedad real es la pobreza: "Esas enfermedades, y otras muchas infecciosas, encuentran en las condiciones de vida que sufren muchos extranjeros un caldo de cultivo ideal. Muchos vienen de países que no tienen planes de vacunación. Y luego, la pobreza les obliga a vivir hacinados, en un contacto estrecho que favorece que el virus se transmita. Pero ellos no son la fuente. El inmigrante es generalmente un adulto joven y sano, que viene a trabajar", recalca Vázquez.
¿Y LA CRISIS?
Y, hablando de la crisis, ¿No será la crisis un elemento que incida en la aparición de estas 'viejas' enfermedades? Es que según los datos de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), la crisis sí que hace que algunas enfermedades y riesgos se agraven. Así, las circunstancias económicas de una familia o un individuo un factor de riesgo cardiovascular de primer nivel, después de que diversos estudios hayan constatado que en momentos de recesión económica como el actual la incidencia de las enfermedades cardiovasculares aumenta considerablemente.
Así lo aseguró el presidente electo de esta entidad, José Ramón González-Juanatey, en un Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares, en el que se recordaron datos para no olvidar: En Grecia han aumentado los infartos un 44% desde la crisis y, según el Landspitali National University Hospital de Islandia, el colapso económico ocurrido en el país en octubre de 2008 provocó un aumento del 26% en las emergencias cardiacas.
¿Y qué ocurre con las enfermedades mentales? Pues que los pacientes con trastornos psíquicos empeoran su estado a falta de una ocupación o trabajo que los pueda distraer. Y en España, esta situación se agrava por los recortes a la financiación de asociaciones que ayudan a estas personas. Al menos 11 millones y medio de personas viven en riesgo de pobreza y exclusión social y seis millones de personas no tienen trabajo. Cifras de una realidad económica que comienza a desgastar también la salud.
Hay una tercera pata de este banco: Las enfermedades psicosomáticas que aumentan con la crisis, según los médicos de atención primaria. Son la dispepsia, acúfenos, fatiga o dolor crónico. Según los especialistas, "están aumentando los síntomas físicos desencadenados por situaciones de estrés y los trastornos de ansiedad y depresión debido a la crisis actual, porque influye a nivel per