Una reciente investigación realizada por científicos de la Universidad de California, Riverside, en Estados Unidos, explica que los mismos receptores en el palpo maxilar de los mosquitos que detectan el dióxido de carbono de la exhalación humana son los que encuentran el olor de la piel, lo que explica por qué los mosquitos son atraídos por el olor de la piel humana, incluso en ausencia de dióxido de carbono (CO2), por ejemplo el olor que desprenden calcetines y ropa usada o ropa de cama.
El olor del dióxido de carbono que exhalan los seres humanos atrae
a los mosquitos hembra, que pueden transmitir enfermedades mortales como la malaria, el dengue, el virus del Nilo Occidental y la filarisis, que son capaces de rastrear ese olor incluso a distancia, pero, una vez que se acercan a las personas, a menudo se alejan de esa zona de exhalación y se dirigen hacia áreas expuestas, como tobillos y pies. "Fue una verdadera sorpresa cuando encontramos que las neuronas del receptor de CO2 de los mosquitos, designado CPA, es un detector muy sensible de varios olores de la piel y es, de hecho, mucho más sensible a algunas de estas moléculas de olor, en comparación con el CO2", dijo Anandasankar Ray, profesor asociado en el Departamento de Entomología e investigador principal del proyecto. "Durante muchos años nos habíamos centrado sobre todo en el complejo de antenas de los mosquitos para buscar los receptores del olor humano de la piel e ignoramos los órganos palpo maxilares más simples", reconoce. El nuevo hallazgo de que la neurona olfativa sensible al CO2 también es un detector de la piel humana, publicado este jueves en 'Cell', es fundamental porque identifica este doble receptor como un objetivo clave para interrumpir este comportamiento
y controlar la transmisión de enfermedades Para probar si la activación de CPA por el olor humano es importante para la atracción de los mosquitos, los científicos idearon una novedosa estrategia basada en la química que cierra la actividad de CPA en el 'Aedes aegypti', el mosquito transmisor del dengue. Entonces, probaron el comportamiento del mosquito ante el olor del pie humano y encontraron que la atracción del mosquito hacia olor se reduce considerablemente.
A continuación, usaron un método de cálculo químico que se desarrollaron para analizar casi medio millón de compuestos e identificaron miles de ligandos. A continuación, hicieron una lista de 138 compuestos basados ??en las características deseables, tales como olor, seguridad, costo y si estos se producen de forma natural. Varios compuestos inhiben o activan neuronas CPA y de ellos, casi el 85 por ciento ya estaba autorizado para su uso como elemento para dar sabor, olor o agente cosmético, incluso varios de ellos tenían un olor agradable, a menta, frambuesa, chocolate, etcétera, lo que aumenta su valor de uso práctico en el control de mosquitos.
Confiados en que estaban en el camino correcto, los investigadores se centraron en dos compuestos: piruvato de etilo, un inhibidor CPA con aroma afrutado aprobado como agente de sabor en los alimentos, y ciclopentanona, un activador del CPA con olor de menta con licencia como un agente de sabor y fragancia. Inhibiendo la neurona CPA, se vio que piruvato de etilo redujo sustancialmente la atracción del mosquito hacia un brazo humano y, gracias a la activación de la neurona CPA, ciclopentanona sirvió como un poderoso señuelo, como el CO2, que atrae a los mosquitos a una trampa "Estos compuestos pueden desempeñar un papel significativo en el control de enfermedades transmitidas por mosquitos y abrir posibilidades muy realistas de desarrollar formas de utilizar olores simples y naturales, asequibles y agradables para evitar que los mosquitos localicen a seres humanos", dijo Ray. A su juicio, estas potenciales estrategias de "atracción" y "máscara" podrían utilizarse de manera complementaria, ofreciendo una solución ideal y mucho alivio a las personas en Africa , Asia y América del Sur, donde las enfermedades transmitidas por mosquitos son endémicas.