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domingo, 13 de octubre de 2013

MUCHOS EMPLEADOS FEDERALES EN ESTADO UNIDOS Sin cobrar sienten mella con la llegada de la quincena


La llegada de la primera quincena de octubre eleva el nivel de ansiedad de los miles de empleados federales boricuas que comienzan a sentir el impacto directo de no estar en sus puestos de trabajo y tener asegurados sus salarios.
Justo cuando tienen que cumplir con parte de sus obligaciones, será el momento en que los 11 días de estar en ‘licencia sin sueldo’ impactarán formalmente sus bolsillos, pues en muchos casos el cheque contendrá un pago muy reducido. La nómina de muchas oficinas del gobierno federal corre con algún retraso, por lo que pueden aún recibirse pagos referentes a los últimos días de septiembre.
“Esta quincena recibiría el 60% de lo habitual”, dijo ayer Laura Irizarry, quien es ayudante del secretario auxiliar de la Administración de Asuntos de Niños y Familias en el Departamento de Salud federal.
Irizarry fue una de las 800,000 empleadas federales cesadas temporalmente el 1 de octubre, el día en que comenzó el nuevo año fiscal 2014 sin que el Congreso hubiera aprobado el presupuesto discrecional anual del Gobierno federal.
La cifra de empleados fuera de sus trabajos se redujo a unos 500,000 tras el regreso a sus labores esta semana de más de 300,000 funcionarios civiles del Pentágono y la Guardia Costanera.
En el caso de Puerto Rico se calcula que unos 4,000 empleados federales que han estado sin trabajar desde el 1 de octubre desconocen cuándo podrán recobrar todos sus ingresos.
Para Irizarry, la primera quincena de mes es con la que paga servicios básicos de su hogar, como la energía eléctrica y el teléfono. “Soy afortunada porque tengo ahorros que me permiten ‘bandearme’ durante el mes de octubre, pero a compañeros se les ha hecho muy difícil”, agregó.
Martín Irizarry –otro puertorriqueño, que no es familia de Laura– estuvo seis días en licencia sin sueldo.
Desde el miércoles, por decisión interna del Departamento de Vivienda (HUD) dejó de ser considerado un empleado “no esencial”, por lo que pudo regresar a sus funciones.
Por haber estado ausente gran parte de la primera semana de octubre, también espera un cheque muy por debajo de lo normal.
La esperanza de los empleados que fueron enviados a sus casas es que el Congreso termine el trámite de la medida que les pagaría sus salarios de forma retroactiva. La Casa Blanca ha indicado que el presidente Barack Obama convertirá en ley esa legislación.
En el interín, Martín Irizarry dice que ha recobrado horas de sueño y pudo tener la oportunidad, durante varios días, de llevar sus hijos a la escuela y correr bicicleta con ellos durante algunas tardes.
Laura Irizarry sostuvo que ha sacado tiempo para “los quehaceres de la casa”, ir al gimnasio y al dentista. Pero, ya ha llegado el momento en que la tranquilidad del tiempo libre es difuminada por la preocupación de la pérdida de ingresos.
La situación se complicaría a finales de mes, cuando los cientos de miles que siguen sin trabajar no recibirían ningún pago si el tranque no se ha resuelto.
“Aún no hemos tenido terapias de grupo”, dijo Laura Irizarry, “pero me imagino que vendrán próximamente”.