El pasado sábado, Francisco Sánchez Potosme, conocido
como “Panchito”, cumpliría 19 años.
Se trata del niño nicaragüense de 6 años que desapareció de la Escuela de Valencia, en San Rafael Abajo, Desamparados, Costa Rica, el 28 de marzo de 2001 y de quien hasta la fecha nadie da razón de su paradero.
Su madre, Ángela Potosme, aún espera su regreso; ella sueña con abrazarlo y besarlo. No pierde la esperanza de que algún día entre por la puerta de su casa, para estrecharlo y brindarle cariño como el día en que nació.
Por esta razón, en el lugar donde se encuentre quiere desearle un ¡feliz cumpleaños! “Todavía la herida que clavó la persona que se llevó a Francisco sangra, he derramado muchas lágrimas por mi hijo. El 28 de marzo del 2014 cumplo 13 años de buscarlo, hasta la fecha nadie me da razón de él. No me cansaré de pedirle a Dios y a las personas que me ayuden a encontrarlo, quiero acabar con esta angustia”, expresó.
“El principal sospechoso es su padrastro, un hombre de apellido Alvarado, a quien le pido una vez más que me diga dónde está, qué hizo con el niño. Al individuo que me causó este dolor ya lo perdoné”, dijo doña Ángela, quien no descarta la posibilidad de que su hijo esté en Nicaragua.
Se trata del niño nicaragüense de 6 años que desapareció de la Escuela de Valencia, en San Rafael Abajo, Desamparados, Costa Rica, el 28 de marzo de 2001 y de quien hasta la fecha nadie da razón de su paradero.
Su madre, Ángela Potosme, aún espera su regreso; ella sueña con abrazarlo y besarlo. No pierde la esperanza de que algún día entre por la puerta de su casa, para estrecharlo y brindarle cariño como el día en que nació.
Por esta razón, en el lugar donde se encuentre quiere desearle un ¡feliz cumpleaños! “Todavía la herida que clavó la persona que se llevó a Francisco sangra, he derramado muchas lágrimas por mi hijo. El 28 de marzo del 2014 cumplo 13 años de buscarlo, hasta la fecha nadie me da razón de él. No me cansaré de pedirle a Dios y a las personas que me ayuden a encontrarlo, quiero acabar con esta angustia”, expresó.
“El principal sospechoso es su padrastro, un hombre de apellido Alvarado, a quien le pido una vez más que me diga dónde está, qué hizo con el niño. Al individuo que me causó este dolor ya lo perdoné”, dijo doña Ángela, quien no descarta la posibilidad de que su hijo esté en Nicaragua.