El presidente Barack Obama invitó a la Casa Blanca a su ex
contrincante presidencial, el senador republicano John McCain, confiando
en que uno de los líderes de la política exterior en el Congreso le
ayude a promover en Estados Unidos, una nación desgastada por más de una
década de guerras, los planes de una intervención militar en Siria.
Tras anunciar el fin de semana que solicitaría aprobación del
Congreso para efectuar ataques militares contra el régimen del
presidente Bashar Assad, el gobierno de Obama ahora trata de ganarse el
apoyo de los estadounidenses y de los legisladores que los representan
en ambas cámaras.
La reunión de hoy con McCain busca atender las inquietudes de quienes
consideran que Obama no hace lo suficiente para sancionar al gobierno
de Assad por un ataque ocurrido el mes pasado contra suburbios de
Damasco en el que, según Estados Unidos, se empleó gas sarín y otras
sustancias químicas, provocando por lo menos 1,429 civiles muertos, de
los cuales más de 400 eran niños.
En el otro lado del espectro político, algunos legisladores republicanos y demócratas no quieren ningún tipo de acción armada.
El cambio de opinión de Obama sobre Siria abre el escenario para la
votación más grande sobre política exterior en el Congreso desde la
guerra en Irak.
Ayer, el secretario de Estado John Kerry dijo que Estados Unidos
tiene nuevas pruebas físicas —como muestras de sangre y cabello— que
comprueban la utilización de gas sarín en el ataque del 21 de agosto.
Kerry dijo que Estados Unidos debe responder a esta acción porque su
credibilidad está en juego.
“Sabemos que el régimen ordenó este ataque”, afirmó. “Sabemos que lo
prepararon. Sabemos desde dónde fueron disparados los cohetes. Sabemos
dónde cayeron. Conocemos el daño causado posteriormente”, agregó.
Kerry habló mientras iniciaba la búsqueda obligatoria de apoyo en el Congreso por parte del gobierno de Obama.
En el Capitolio, funcionarios de alto rango explicaron a legisladores
en privado sus razones por las que creen que Estados Unidos estaba
obligado a actuar contra Assad. Obama, el vicepresidente Joe Biden y el
secretario general de la Casa Blanca Denis McDonough, también se
comunicaron por teléfono con legisladores.
Se programaron otras reuniones secretas desde hoy al miércoles. La
Comisión de Relaciones Exteriores del Senado tiene prevista una reunión
mañana, según su presidente, el senador Bob Menéndez, demócrata por
Nueva Jersey.