Ednita Nazario es una de esas artistas que conquistan con su
palabra desde el primer encuentro. Bella, temperamental y muy expresiva,
la estrella puertorriqueña confiesa que el secreto para seguir
disfrutando todas las cosas que hace es mantener viva a la niña que
continúa siendo.
“Empecé muy pequeñita, y siempre trato de
conservar la frescura y la esencia de aquella nena de siete años que ha
crecido libre, espontánea y fresca”, dice la intérprete con una
encantadora sonrisa.
Nacida en la ciudad de Ponce, la artista que
se ha mantenido tres décadas entre las preferidas del público y que
cuenta con una legión de seguidores en el continente, afirma que la
única fórmula posible para mantenerse vigente es entregarse sin
miramientos.
“Hago lo que me nace del corazón.
Soy muy pasional y adoro la
música”, precisa. Al mismo tiempo, se define como una artista que
evoluciona constantemente y no tiene temor a reinventarse: “Siempre miro
hacia adelante con optimismo y me siento muy orgullosa de lo que he
logrado, pero a la vez eso me estimula a someterme a la metamorfosis
continua que requiere esta carrera”.
Con más de una veintena de
producciones discográficas y millones de copias vendidas, Nazario admite
que los espacios en la música se abren de forma natural, y que siempre
se toma el tiempo necesario para hacer las cosas.
“No me gustan ni la prisa ni los deadlines,
y por eso a veces me demoro un poco más para grabar”, aclara, “porque
creo que lo más importante es que existan las condiciones óptimas para
que el proceso creativo se produzca con calidad”.
Famosa por
entregarse en cada una de sus interpretaciones, la cantante posee una
formación musical que ha ido edificando paralelamente a su carrera. “En
casa, mis padres escuchaban mucha música tradicional, y mis hermanos y
yo escuchábamos rock and roll. Después me fui identificando con las
grandes intérpretes y estuve muy marcada por las canciones que contaban
historias”, reconoce.
La polifacética intérprete, que incursionó
en Broadway y ha realizado colaboraciones con figuras como Ricky Martin,
Ricardo Arjona y Wisin y Yandel, considera que lo más importante que ha
aprendido en todos estos años es que el proceso de aprendizaje nunca
termina.
Aunque ha estado alejada de los escenarios últimamente,
describe esa etapa como un necesario paréntesis en su vida que no estuvo
exento de momentos muy difíciles en el plano
personal.
“La
muerte de mi padre resultó muy traumática para mí, y necesitaba
procesar cosas que eran muy importantes en mi vida. Quise tomar un
respiro que me permitiera asimilarlo todo como parte de un proceso
natural y poner en orden mis sentimientos”, confiesa.
El regreso de la artista a los estudios de grabación dio como resultado Desnuda
(2012), un disco que ha alcanzado los primeros lugares en las listas de
ventas y además ha mantenido ocupada a la intérprete en una exitosa
gira.