La millonaria Oprah Winfrey dijo que tuvo un incidente racista en una
tienda de Suiza cuando una vendedora en la exclusiva boutique de
Zurich, Trois Pommes, se negó a mostrarle un bolso de 38.000 dólares,
diciéndole que no tendría el dinero para comprarla.
Winfrey ganó 77 millones de dólares entre junio de 2012 y junio de este año, según la revista Forbes.
“Dijo: No, no, no, no debería ver esa (cartera), mejor vea esta,
porque esa cuesta demasiado, usted no podría pagarlo”, dijo Winfrey en
el programa “Entertainment Tonight” sobre los comentarios de la
vendedora. “Y yo le dije: `de verdad quiero ver ese bolso’. Pero ella se
negó a mostrarlo”.
La empresaria de medios de comunicación mencionó el incidente durante
una entrevista sobre su nueva película “Lee Daniels’ The Butler”, que
se estrena la próxima semana, sobre los derechos civiles y las
relaciones entre las razas en Estados Unidos.
Las autoridades de turismo suizas y la tienda pidieron rápidamente disculpas el viernes.
“Lamentamos mucho lo sucedido, por supuesto, porque creemos que todos
nuestros visitantes y clientes deber ser tratados con respeto, de
manera profesional”, dijo a The Associated Press Daniela Baer, una
vocera de la oficina de turismo de Suiza.
La oficina de turismo también publicó una disculpa en Twitter diciendo que la vendedora “actuó terriblemente mal”.
La dueña de la tienda, Trudie Goetz, dijo a la BBC que una asistente
le había enseñado a Winfrey otros artículos antes del “malentendido” con
la cartera.
Según el diario Blik el bolso diseñado por Tom Ford de piel de
cocodrilo lleva el nombre de la actriz Jennifer Aniston, una admiradora
del diseñador estadounidense. De acuerdo con Goetz cuesta 35.000 francos
suizos, según la citó el diario.
“Debo admitir que la empleada es italiana. Claro, habla inglés, pero
no tan bien como su lengua materna”, justificó Goetz. “Fue un verdadero
malentendido”.
Winfrey se encontraba en Suiza para asistir a la boda de su vieja
amiga Tina Turner, quien ha vivido en Zurich por años y ha mencionado lo
mucho que disfruta vivir en el país. Turner recibió su pasaporte suizo
este año.
Suiza ganó más de 39.000 millones de dólares por turismo en 2011.
Aunque casi el 23% de los 8 millones de residentes de Suiza no son
originarios del país, el año pasado una comisión designada por el
gobierno reportó que los inmigrantes, turistas, personas que buscan
asilo y “personas con un color de piel diferente” pueden enfrentar
“xenofobia y racismo en ciertos aspectos de la vida”.
El Partido Popular de Suiza, de corte nacionalista, tiene el mayor
número de escaños en el Parlamento federal y ha ganado apoyo afirmando
que los inmigrantes pueden traer consigo crimen y problemas sociales a
un país que ha sido un oasis de estabilidad en Europa.
Y esta semana surgió un pleito por los planes para impedir que los
refugiados que viven en el pequeño pueblo de Bremgarten vayan a piscinas
públicas y a las escuelas.
Human Rights Watch dijo que el hecho de que la oficina de migración
suiza permita que el pueblo imponga “sus propias reglas” para limitar el
acceso a las escuelas e instalaciones deportivas viola la ley
internacional.
En cuanto a Winfrey, no es la primera vez que denuncia el trato que
recibe en una boutique europea lujosa. En 2005 no se le permitió entrar a
una tienda Hermès 15 minutos después de la hora de cierre. La tienda
dijo que había cerrado para un evento privado de relaciones públicas.
Un ejecutivo de Hermes apareció después en el programa de tertulia de
Winfrey para disculparse por el comportamiento “rígido y grosero” de su
empleado. Winfrey elogió el modo en que Hermes manejó la situación _
que incluyó un curso de sensibilidad a sus trabajadores _ y llamó a sus
seguidores a seguir comprando productos de la compañía.
Durante la entrevista de televisión Winfrey dijo que “el verdadero
racismo consiste en tratar de tener poder sobre alguien más” y a veces
eso se topa con el sexismo.
“Obviamente no pasan `The Oprah Winfrey Show’ en Zurich. Esto no me ocurre a mí si saben quién soy”, dijo.
Un vocero de la oficina de turismo de Zurich, Christian Trottmann,
calificó el incidente como “profundamente lamentable”, y dijo que afecta
la imagen de una ciudad abierta a diferentes culturas.
“La invitamos a regresar a Zurich y divertirse”, dijo, “para que pueda ver qué tan abierta es la ciudad en verdad”.