Vendedores y bañistas que disfrutaban en la mañana de ayer jueves de
las playas de El Rodadero en Santa Marta se vieron sorprendidos por una
'lluvia' de billetes. Pasaban las 10 de la mañana cuando una pareja,
desde el balcón de un apartamento, en el quinto piso del edificio
Palanoa, empezó a lanzar dinero.
El inusual hecho formó un tumulto de personas, que se arremolinaron
para pelearse los billetes, en su mayoría de 50.000 pesos, dijeron
testigos.
“Yo iba en el carro y vi a la multitud cogiendo el dinero en el aire y
no pude agarrar nada porque me tocó frenar el carro, pero hubo taxistas
que 'coronaron'. Unos que agarraron 80, 60, 45 mil pesos. Eran billetes
de toda clase y los tiraban en el aire como uno lanza un papel. Dijeron
que iban a tirar 20 millones de pesos”, dijo un taxista que pasaba por el lugar.
Vendedores del sector afirmaron que el protagonista del hecho fue el
hijo de los propietarios de una reconocida empresa arrocera, quien
acostumbra a hospedarse durante varios días en este balneario turístico y
armar parrandas en las playas, en las que regala trago y plata.
“Él es dueño de una arrocera y entra y sale
todo el tiempo. Hace parrandas y les regala plata a los que andan con
él y al que llega le da billetes. Ahora lleva como un mes parrandeando”,
dijo William Contreras, vendedor de helados en El Rodadero.
Después de tirar la plata, bajó a la playa y contrató un conjunto
vallenato. Estaba sentado en una silla, vestido con una camisa blanca,
bluyín, tenis y unas gafas de sol Prada,
tomando Old Parr con algunos amigos. A su alrededor permanecían varios
vendedores y curiosos a quienes les repartía aguardiente. Al consultarle
por qué regalaba dinero, respondió: "Es algo privado".
Vendedores comentaban que ‘El Cacique’, como le dicen porque es
fanático de Diomedes Díaz, es un tipo humilde, que le gusta parrandear
con gente pobre y que regala plata porque su papá era muy “amarrado”.
El alboroto alertó a la Policía, que llegó a la zona a indagar. El
hombre fue llevado a una estación para ser interrogado. “Creyeron que se
trataba de un narcotraficante, pero luego lo trajeron porque se dieron
cuenta que es plata limpia”, contó un vendedor.
A las dos de la tarde, sus amigos se lo llevaron para el apartamento.
Curiosos lo siguieron para que les diera plata y antes de subir
repartió algunos billetes. Un niño que vende dulces no ocultó su
felicidad al recibir 10.000 pesos.