Aunque oficialmente no se ha tomado ninguna decisión, Barack Obama parece dispuesto a actuar en solitario contra Siria, después de que el Parlamento británico haya votado contra los planes del primer ministro británico,
David Cameron. Los principales responsables de la Administración en
materia de seguridad informaron anoche al Congreso sobre las pruebas de
que, según los servicios de inteligencia norteamericanos, el régimen de
Bachar al Asad utilizó armas químicas contra los rebeldes.
“Estados Unidos tiene capacidad para tomar sus decisiones en el caso
de Siria”, declaró un portavoz de la Casa Blanca cuando los
parlamentarios del Reino Unido debatían sobre la intervención. Un alto
funcionario confirmó posteriormente la voluntad de actuar en solitario.
La ausencia de Londres puede obligar, en todo caso, a disminuir el
número de objetivos militares y la duración de la campaña.
La obligada deserción de Cameron deja a Obama en una soledad que
ningún presidente de EE UU había conocido desde hace décadas. Desde hace
más de un siglo y con escasas excepciones, el gran primo británico ha
estado ahí cada vez que Washington ha requerido su colaboración en
material militar. Incluso con ocasión de la falsa campaña orquestada
para justificar la guerra de Irak, Tony Blair, un laborista, se unió al
presidente republicano George W. Bush.