Durante una entrevista en televisión, desenmascaré
una verdad que nadie se ha atrevido a decir, muchos quedaron
sorprendidos y otros enojados. Las sorprendidas fueron las mujeres,
que siempre se han preguntado: ¿Por qué los hombres son infieles?
Los enfurecidos fueron aquellos hombres que son o han sido infieles.
Mi
revelación fue basada en un estudio que condujo la Universidad de
Londres donde se descubrió que mientras más alto es el coeficiente
intelectual de un hombre, más leal es a su pareja, por el contrario
mientras más bajo, más infiel es.
Desde
que abrí la boca para decir que el hombre, entre más “bruto”
más infiel es, he recibido cientos de correos electrónicos, cartas
y comentarios en mis redes sociales, unos insultándome y otros
felicitándome.
Soy
consciente de que es un tema delicado y algo atrevido, juzgar la
inteligencia de un individuo de acuerdo con su fidelidad. Pero lo
cierto es que antes de que se destapara este estudio, ya muchas
habían catalogado a los infieles como tontos. Y me incluyo en este
grupo porque conozco varios casos que lo certifican. Tengo una amiga
muy allegada quien es bella, cariñosa, inteligente, trabajadora y
hasta experta en artes culinarias, sin embargo su exesposo fue capaz
de “ponerle los cuernos” por varios años con una mujer sin
clase, grotesca, ¡y para colmo interesada! Recuerdo las primeras
palabras que salieron de mi boca cuando ella me confesó la traición:
“¿Acaso ese hombre es bruto?”
Según
el estudio de esta universidad inglesa lo que sucede es que cuando un
hombre inteligente se topa con una tentación, analizará el peligro
de la misma y tomará en cuenta que puede perder su hogar; el respeto
de su familia y una gran mujer. Y así concluye que no vale la pena
correr el riesgo de perder algo tan valioso solo por una aventura.
Mientras que un hombre no tan inteligente, probablemente cometerá la
infidelidad porque no analiza las graves consecuencias. En conclusión
, si eres inteligente, ¡no seas infiel!