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martes, 4 de junio de 2013

Las primeras 24 horas de vida del recién nacido son fundamentales

 

El paso de feto a recién nacido, incluso en circunstancias normales, no es ni fácil ni rápido. Durante este período de tiempo pueden hacer acto de presencia muchas patologías que a veces derivan en serios problemas. Reconocer, anticipar éstos y determinar el momento del alta hospitalaria son la base para el adecuado cuidado del recién nacido sano.
El paso de nutrientes y de oxígeno a través de la placenta se interrumpe en el momento del parto, lo que conlleva una serie de cambios fisiológicos tan importantes, que el control ha de ser minucioso para así permitir una adecuada transición de la vida intrauterina a la extrauterina.
La labor del pediatra es asegurar un ambiente tranquilo, seguro y confortable para que el recién nacido tenga el mejor de los recibimientos. Así, se asistirá al bebé bajo una fuente de calor radiante, se realizará secado suave, estimulación y si lo precisa aspiración de secreciones. Seguidamente se procederá al clampaje del cordón umbilical, a la administración de la profilaxis antihemorrágica y ocular y por último a la adecuada identificación del recién nacido.
Si el estado del mismo lo permite, se colocará en contacto directo con la piel de la madre, ya que previene la hipotermia, mejora los niveles de glucemia y favorece una lactancia adecuada y duradera.
Durante las 24 primeras horas de vida el Pediatra realiza una completa exploración del recién nacido para valorar si la transición de la vida intrauterina a la extrauterina ha sido adecuada, si existen anomalías congénitas o signos de infección y si hay alteraciones metabólicas.
La cura del cordón umbilical con agua y jabón, el peso y el baño, son cuidados que hay que hacer a diario. En circunstancias normales, el alta será a las 48 horas, previa revisión del pediatra que tendrá en cuenta la pérdida de peso, ictericia, cuidados del cordón, las pruebas del talón y cribado de hipoacusia.
Antes de abandonar el hospital se informará claramente a los padres sobre la alimentación del bebé, tanto si es lactancia materna o no. Y se recomendará acudir al pediatra dentro de las 2 primeras semanas de vida para un adecuado control y seguimiento.