La organización no gubernamental, con sede en
Londres, tiene en cuenta al compilar su listado factores como el
bienestar, la salud, la educación y la situación económica de las
madres, así como las tasas de mortalidad materna e infantil.
Con estos parámetros, los países nórdicos, como
Suecia, Noruega e Islandia, copan los primeros puestos, mientras que los
diez últimos los ocupan países del África subsahariana.
España aparece entre los diez primeros por delante de Bélgica (8), Alemania (9) y Australia (10).
No obstante, pese a que España mantiene buenos
indicadores de mortalidad, "los recortes sociales están teniendo un
impacto directo en las familias y las madres, así que el ránking por sí
mismo no significa una radiografía de las madres españolas", advierte en
declaraciones a Efe el director de la ONG en España, Alberto Soteres.
En cuanto a Latinoamérica y el Caribe, Cuba es la
primera en aparecer en el puesto 33, por delante de Argentina (36),
Costa Rica (41), México (49) y Chile (51), en contraste con el país que
figura más abajo, Haití, que se clasifica en el número 164.
También en puestos relativamente bajos están Honduras (111), Paraguay (114) y Guatemala (128).
"En la región latinoamericana existen enormes
disparidades", afirma el director de "Save the Children" para
Latinoamérica, Beat Rohr.
"Nos consta que cuando las mujeres tienen
educación, representación política y una atención materna e infantil de
calidad, ellas y sus bebés tienen muchas más probabilidades de
sobrevivir y prosperar, al igual que la sociedad en la que viven",
explica.
"Aunque se han logrado enormes adelantos en
América Latina -prosigue-, podemos hacer más para salvar y mejorar la
vida de millones de madres y bebés recién nacidos que se encuentran en
la mayor situación de pobreza".
El Índice de Maternidad de "Save the Children",
que se incluye en el informe "Estado de las mujeres del mundo 2013",
sitúa a Estados Unidos en la 30 posición, por debajo de países con menos
ingresos como Eslovenia o Lituania, debido a que tiene un riesgo
bastante alto de muerte materna.
Singapur está en el 15 lugar por delante de países
como Canadá (22) y el Reino Unido (23), los cuales, según la
organización, deberían mejorar la educación y atención a las madres
desfavorecidas.
El Índice de Riesgo del Día del Parto, elaborado
por primera vez y que refleja la tasa de mortalidad de los bebés en su
primer día en 186 países, revela que el 18 % de todas las muertes de
niñas y niños menores de cinco años en América Latina ocurren durante el
día del nacimiento.
Un millón de bebés mueren cada año el día en que
llegan al mundo -dos por minuto-, lo cual convierte ese primer día de
vida en el período más peligroso en casi todos los países del mundo.
En América Latina, las muertes neonatales -las
ocurridas durante el primer mes de vida- constituyen más de la mitad del
total de las muertes de menores de cinco años, según "Save the
Children".
Las principales causas de esas muertes incluyen nacimientos prematuros, infecciones graves y complicaciones durante el parto.
Con todo, la mortalidad neonatal en la región ha
disminuido en un 58 % en las últimas dos décadas, si bien sigue
existiendo una gran diferencia en la atención disponible para las
personas ricas y las de menos recursos, apunta la organización.
En Perú, Brasil, México y Guatemala "se han hecho los mayores progresos", precisa.
"Save the Children" estima que, a nivel mundial,
podrían salvarse cada año más de un millón de vidas de recién nacidos si
se ofreciera acceso universal a cuatro productos de bajo coste.
Estos son inyecciones de corticosteroides para las
mujeres en partos prematuros con el fin de evitar la muerte de los
bebés por problemas respiratorios, aparatos de resucitación para los
pequeños que no respiran al nacer, limpieza del cordón umbilical con
clorhexidina para prevenir infecciones y antibióticos inyectables para
tratar la sepsis y la pulmonía en los recién nacidos.
Además, la ONG recomienda fomentar la lactancia
materna, capacitar al personal sanitario y asegurarse de que la sanidad
llega a los sectores más desfavorecidos, así como abordar las causas de
fondo de la mortalidad neonatal, como son la desigualdad de género y la
desnutrición.