HiRADiOs Voz Dominicana

viernes, 31 de mayo de 2013

A PROPOSITO DEL DIA DEL NO FUMADOR HOY



Fumar es dañino para la salud”, ello no es solo una afirmación objetiva vinculada con la salud del fumador, sino también con la de las personas alrededor de él, los  no fumadores o “fumadores pasivos” que están expuestos a los agentes tóxicos que deja el humo del tabaco.
Las leyes protegen el derecho a la salud del  “fumador pasivo”,  quien no tomó nunca la decisión de fumar y aún así enfrenta riesgos −para su salud y su vida−  por decisión de aquel que enciende un cigarrillo y expande el humo en cualquier ambiente.
La Ley Nº 28705, Ley General de Prevención y Control de los Riesgos del Consumo del Tabaco, así como su modificatoria aprobada en el año 2010 por la Ley Nº 29517, expresan la posición del Estado frente a esta situación al prohibir y  sancionar a las personas que fuman y  ponen en riesgo la salud de otros, pues “los derechos de una persona terminan donde empiezan los derechos de las otras”. Esta posición de nuestro país es totalmente concordante con el Convenio Marco para el Control del Tabaco aprobado al interior de la Organización Mundial de la Salud.
A pesar de que estas normas tienen varios años de vigencia aún no se interiorizan y es común ver cómo, a pesar de la prohibición, se continúa fumando en lugares públicos, sean abiertos o cerrados.
Por ello, es necesario hacer cumplir las sanciones señaladas por la ley y, a la vez, impulsar un cambio de conducta desde la infancia a través de la educación. De tal manera que, aquellas personas que deciden fumar lo hagan sin dañar a otros y que los  “fumadores pasivos”  aprendan a exigir su derecho a un ambiente libre de tabaco. Esta es una misión en la que debemos comprometernos todos y todas individualmente, pero también a través de las instituciones del Estado, la escuela y la familia.
Tenemos derecho a un ambiente libre de tabaco y el primer paso para lograrlo es tomar conciencia sobre su importancia y el rol que cada una de las personas podemos cumplir para lograrlo. Empecemos por enseñar a los más pequeños  lo nocivo que es el tabaco para la vida y exijamos, frente a las personas que fuman, el respeto a la salud de quienes no fumamos. Ello, por supuesto, reforzado por la aplicación de sanciones concretas a aquellos que no cumplan con la ley, y en esto, las autoridades juegan un rol prioritario que también debemos  vigilar y supervisar.