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jueves, 18 de abril de 2013

LA COMUN ODISEA de un hombre llamese como se llame


Cada hombre emprende en su vida una odisea, un viaje salteado de frecuentes vicisitudes, que requiere de artimañas para salvar obstáculos y llevar la nave a destino de buen puerto. Un periplo como el emprendido por Odiseo-Ulises, que lo fue Todo tras ofrecerse Nadie al ojo de Polifemo. Un transcurso de Troya a Ítaca, de la cuna al féretro, pleno de hechiceras invenciones y cantos de sirenas. El empeño en la existencia es heroísmo, y el mejor de los aqueos no es Aquiles, sino el que reconoce la condición de mortal, la finitud. Vivir es mantener firme el timón a los devaneos de un mar Jónico. Qué es la vida, sino el eterno retorno al vientre materno, el regreso a los brazos de la mujer que teje y desteje madejas en la ausencia...