El 30 de abril, el "Día de la Reina", es la fecha
elegida por Beatriz para ceder la corona a su hijo Guillermo-Alejandro,
el príncipe de Orange, y su esposa, la argentina Máxima Zorreguieta.
Pero las celebraciones comenzarán mañana con una
cena de gala que se celebrará desde las 20.00 locales (18.00 GMT) en el
Rijksmuseum.
Al convite acudirán personalidades de las casas
reales de todo el mundo como los Príncipes de Asturias, Felipe y
Leticia; Haakon y Mette-Marit de Noruega; Carlos y Camilla del Reino
Unido y los príncipes Naruhito y Masako de Japón, a los que la reina
Beatriz obsequiará con una visita al recién reabierto "Museo del Reino".
A las 08.00 GMT del martes comenzará la ceremonia
en el Salón de Moisés del Palacio Real de Ámsterdam, también conocido
como el Salón de los Padres de la Ciudad, en el que la todavía reina de
Holanda pronunciara un breve discurso que pondrá punto final a un
reinado de 33 años.
En el momento en que Beatriz, Guillermo-Alejandro y
Máxima, así como el resto de los testigos presentes en el acto, hayan
firmado el "Acta de Abdicación", el matrimonio se convertirá en reyes de
los Países Bajos, mientras que Beatriz pasará a ser "princesa de los
Países Bajos".
La pequeña Catalina-Amalia, de nueve años, será nombrada princesa de Orange y ocupará el primer lugar en la sucesión del trono.
Sobre las 08.30 GMT Guillermo-Alejandro y Máxima
saludarán a los holandeses por primera vez como reyes desde el balcón
del Palacio Real de Ámsterdam, acompañados por Beatriz, y el rey
dirigirá unas palabras a las cerca de 20.000 personas que se espera que
se reúnan en la Plaza de Dam.
El himno nacional pondrá el broche al discurso del
nuevo rey, tras lo que la nueva princesa heredera y sus hermanas, las
princesas Alexia y Ariane, se unirán a su familia en el balcón.
Posteriormente, la familia real se dirigirá a la
Iglesia Nueva (Nieuwe Kerk) para celebrar la ceremonia de investidura, a
donde llegará el rey acompañado de un cortejo, que portará un
baldaquino de redes blancas que, se cree, es un recuerdo del desembarco
en las playas de Scheveningen en 1813 del entonces futuro rey de Holanda
Guillermo I.
"Juro (prometo) ante los pueblos del Reino
observar y respetar siempre el Estatuto del Reino y la Constitución",
serán las primeras palabras que Guillermo-Alejandro pronunciará
previsiblemente en su discurso de investidura, en el que también se
comprometerá a defender el territorio del país y la libertad y los
derechos de los holandeses.
Guillermo-Alejandro no será coronado, en el
sentido literal, ya que los reyes de Holanda nunca llevan corona a lo
largo de su reinado, pero sí portará el manto real sobre un frac negro
con corbata blanca.
Se trata de una prenda centenaria que han llevado
todos los monarcas holandeses desde el siglo XIX y que ha sufrido
múltiples transformaciones para ser adaptada a cada uno de ellos.
Durante la investidura, la corona y las otras
insignias reales permanecerán sobre una mesa junto a una Constitución y
al Estatuto del Reino: el cetro, que simboliza la autoridad del rey; el
globo imperial, que representa el territorio del rey; la espada real,
muestra del poder del rey; y el estandarte o pendón real, con el escudo
holandés.
Sobre las 13.30 GMT se espera que el rey y la
comitiva se dirijan al Palacio Real de Ámsterdam para celebrar una
recepción para las misiones reales y extranjeras.
Dos horas más tarde, el rey y la reina escucharán
la "canción del rey", que precederá a la travesía real por las aguas del
río Ij, tras la que asistirán con sus invitados a una fiesta final en
el Muziekgebouw aan't Ij.
El 30 de abril será también el último Día de la
Reina, que a partir de ahora será el Día del Rey y se celebrará el 27 de
abril porque es el cumpleaños de Guillermo-Alejandro, y dará paso a la
primera "Noche del Rey", durante la que los holandeses seguirán
celebrando la coronación de sus nuevos reyes.