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miércoles, 20 de marzo de 2013

RON CARTER ES LA ENCICLOPEDIA MAS COMPLETA DE LA HISTORIA DEL JAZZ

Considerado uno de los más originales y prolíficos contrabajistas de la historia, el antiguo compañero de Miles Davis o John Coltrane, a sus 74 años capaz de levantar a un muerto con su musica.


Mucho tienen que agradecer los aficionados al jazz que ayer acudieron al Teatro Lara de Madrid las palabras que Leopold Stokowski le dedicó a Ron Carter cuando éste aún no había cumplido los 15 años, a principios de la década de los 50: «Joven, usted toca el bajo de forma maravillosa. Pero estoy en Houston, y mi orquesta nunca le contrataría». El entonces estudiante acababa de cambiar el chelo por el bajo para continuar su carrera como músico clásico en la prestigiosa Eastman School of Music de Rochester (Nueva York), que le había concedido una beca. Fue entonces cuando del legendario director de orquesta le dijo que la audiencia de la música sinfónica «no estaba todavía preparada para aceptar a músicos negros». Si aquel encontronazo no se hubiera producido, el músico de Michigan no habría actuado ayer con motivo del VI Ciclo 1906 de Jazz … para nuestra desgracia.
Aquel pretexto racista hizo que Carter se desanimara y cambiara el rumbo de su vida para siempre. Se agarró al jazz como si de un salvavidas se tratara y lo exprimió como pocos músicos lo han hecho. Comenzó a actuar en los alrededores de Nueva York y pronto captó la atención de nada menos que Miles Davis, que lo incluyó en su segundo gran quinteto. Una formación en la que también estaban Herbie Hancock, Wayne Shorter y Tony Williams, y con la que estableció, a principios de la década de los 60, las nuevas fronteras del jazz.
Ron Carter: la enciclopedia viva del jazz
Carter, durante la actuación de ayer
Aquel fue el despegue de una carrera inagotable que le ha convertido en uno de los más consumados, experimentados y versátiles contrabajistas de la historia, haciendo que su nombre aparezca en los créditos de más de 2.000 álbumes, con una lista de músicos que parece irreal: John Coltrane, Chet Baker, James Brown, B. B. King, Chick Corea, Thelonious Monk, Wes Montgomery, Lee Morgan, Sonny Rollins, Wayne Shorter, Bill Evans, George Benson, Freddie Hubbard, Cannonball Adderley, Eric Dolphy, Dexter Gordon… A sus 74 años, el currículo de Ron Carter es la enciclopedia más completa de la historia del jazz.

«Ser el líder de una banda es genial», bromeaba ayer Carter poco después de empezar su actuación, dando la espalda a su fama de malhumorado. Pero ayer, no sabemos porqué, hasta sonreía. «Tocan para ti y puedes decir que corbata se tienen que poner el resto de los músicos», dijo, entre las risas de los más de 450 aficionados que llenaban el teatro. Pero lo cierto es que Carter es el jefe por mucho más que eso, y lo fue demostrando a medida que avanzaba el concierto de algo más de una hora y media.

Russell Malone y Donald Vega


A la derecha de la espigada, solemne y elegante figura del contrabajista, nada menos que el guitarrista Russell Malone. Un viejo conocido al que los aficionados descubrieron como el acompañante de Diana Krall, cuyos solos se estudian en las escuelas de jazz de medio mundo, a pesar de haberse declarado siempre autodidacta. Pero eso no importa, incluso en el intelectual mundo del jazz, cuando uno escucha el solo de «Candle Light». Su sentido del ritmo es perfecto.
Ron Carter: la enciclopedia viva del jazz
Carter y Russel Malone, en el Teatro Lara
Y a la izquierda, el pianista Donald Vega, un desconocido de origen nicaragüense y neoyorquino de adopción dispuesto y preparado para ensombrecer a los dos maestros, con interpretaciones tan sublimes como la de «My funny Valentine» a dúo con Carter.

Sin apenas palabras, el trío desplegó un sonido capaz de levantar a un muerto con temas como «Cedar Tree», en homenaje al pianista Cedar Walton, e incursiones en otros géneros como la bosanova, esta vez sin la presencia de Miles Davis en su repertorio. Como un perfecto reloj suizo, como una poderosa máquina de swing capaz de improvisar, acelerar el tiempo y pararlo a su antojo, Carter y compañía se metieron al público en el bolsillo, que fue capaz de sacarle dos bises tras sonar la desbocada «The Golden Striker».
«Carter no se ha quedado estancado en los triunfos en los triunfos del pasado evitando la trampa de repetirse a si mismo con su selecta dotación de colaboradores», dijo de él la revista «Billboard» en 2006, que había visto al músico colaborar con artistas tan dispares como Gil Scott-Heron, Quincy Jones, Astrud Gilberto y el grupo de rap A Tribe Call Quest. Y si es disfrutando como le vimos ayer, que sea por muchos años.