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lunes, 18 de marzo de 2013

LEA AQUI EUROPA ANALIZADA POR PETER SUTHERLAND

«Me encanta España y su historia desde antes incluso de conocer a mi mujer». El currículo profesional de Peter Sutherland quita la respiración. Pero la gran pasión de este irlandés afable es España, el país de su mujer Maruja (de Reinosa, Cantabria) y la patria materna de sus tres hijos, uno de los cuales lee «El Diario Montañés» cada mañana. Sutherland era un jugador de rugby de apenas 20 años cuando conoció a su actual mujer hace 42 años. Trabajó de albañil en Londres para comprar el pasaje a Madrid. «Corrí a la Estación del Norte a coger el tren de Santander, pero era 1 de agosto y no había plazas», recuerda. «Me fui al bar de la estación, y un camarero -se llamaba Paco, y hablaba inglés porque había trabajado en Birmingham- me dijo que ningún padre español permitiría que su hija se case con alguien como yo». Paco se equivocó, recuerda divertido en una sala en la sede londinense de Goldman Sachs.
Sutherland (nacido en 1946) es presidente de la London School of Economics y «chairman» de Goldman Sachs International, el mismo cargo que ostentó en la petrolera BP hasta 2009. Con 34 años se convirtió en el Fiscal General más joven del Irlanda. Cuando España entró en la UE, era el miembro más joven de la primera Comisión Europea presidida por Jacques Delors. «Un diario irlandés dijo que el primer comisario español era en realidad el comisario irlandés», dice. Además de empujar a España dentro de Europa, lleva a gala haber sido el primero en proponer el programa de Erasmus. Está considerado también como uno de los padres de la globalización por su papel como director general del GATT en los 90, organismo que en 1995 se convirtió en la Organización Mundial del Comercio.
-¿Tiene Europa las élites que necesita?
-Con la extensión de la educación, de la democracia y de los medios de comunicación las élites ya no juegan el papel de antes. No creo que Europa tenga un problema de élites. Creo que la crisis actual es un acontecimiento catárquico que va a elevar los estándares de nuestros políticos porque ya no podrán ignorar los principios básicos de la economía.
-¿Volverá Irlanda a los mercados el año que viene?
-Ha sido un proceso doloroso en Irlanda e España, pero la trayectoria ha sido la correcta. El Gobierno irlandés lo ha hecho bien y hay un reconocimiento entre los irlandeses. Hemos atravesado periodos difíciles en el pasado, como los españoles, y sabemos que no hay atajos para resolverlos.
-¿Cuál es el estado de la economía británica?
-Muchos británicos ven la crisis y concluyen que tuvieron razón en no unirse al euro. No tiene nada que ver. El déficit británico es mayor que el irlandés, y los problemas son similares. Tanto Merkel como Cameron han repetido que la UE tiene el 7% de la población mundial, el 25% del PIB global, y el 50% de las prestaciones sociales. Tenemos un reto enorme, agravado por el envejecimiento de la población. Exige aprender a tomar decisiones y transformar nuestras sociedades, porque la alternativa es empobrecernos. La promesa de Cameron de que convocará un referéndum sobre la UE si gana ha generado mucha preocupación en la City.
-Muchos creen que todo es una maniobra de Fráncfort y París para arañar mercados financieros a Londres...
-No creo que haya conspiración. Esto es una industria competitiva, y lo sorprendente sería que cada capital financiera no estuviera luchando por su rincón.
-¿Cómo valora el rol de Alemania?
-Tengo mucho respeto hacia Alemania. Realizaron profundas reformas estructurales mucho antes que el resto. Y Merkel se ha embarcado en una ruta que implica estas tres cosas: dramáticas reducciones de déficit y deuda en la periferia, nuevos elementos de federalización fiscal y bancaria en Europa para que esto no vuelva a ocurrir y, en tercer lugar, poner los presupuestos de Alemania a disposición de Europa, cuando su electorado es muy consciente de ese apoyo a las economías periféricas. Avanzar de forma coherente en todos estos frentes es admirable.
-Pero no desinteresado, ¿no?
-Claro, Alemania defiende sus propios intereses porque el colapso del euro destruiría la economía alemana. Pero es igualmente cierto que, para salir de esta, todos hemos necesitado grandes dosis de visión y de aguante en Alemania.
-¿Fue un error el euro?
-No, el error fue que el Tratado de Maastricht rechazó los elementos federales de control y supervisión bancaria que habrían impedido lo que ocurrió después. En 1992 yo estaba en la OMC y recuerdo que Jacques Chirac me dijo que Francia no habría podido aceptar el programa de 1992 sin la perspectiva de una moneda única, porque estaban hartos de verse inundados de Fiat baratos gracias a las devaluaciones de la lira.
-¿Cuál es el riesgo de que se agrave el descontento con la UE?
-En cualquier país, si se somete a consulta ciudadana estar a favor o en contra de la UE, la tentación será siempre culpar a Europa. Soy federalista, y creo que la solución está en más Europa. Y siempre he esperado que España sea un líder en este proceso. La reacción en España ha sido mucho más positiva que en otros lugares, como Italia. El riesgo ahora en Europa es que un acontecimiento político haga descarrilar el proceso de recuperación.
-¿Es mayor el riesgo político que el económico?
-Ambos están interrelacionados. Si la parálisis institucional en Italia lleva a un rechazo de los requisitos de disciplina presupuestaria, tendremos una crisis política que pasa a ser una crisis económica que amenaza al euro. Después de un periodo de calma, la cuestión italiana ha vuelto a elevar el riesgo. La situación en Grecia, Irlanda y Portugal parece estar razonablemente bajo control. España tiene un Gobierno que gobierna en el interés de hacer bien las cosas. La incógnita ahora es Italia aunque, en el medio plazo, Francia será el problema. Veremos si están preparada para dar los pasos que exige el cumplimiento de unos objetivos de déficit.