Cuando Eleanor Roosevelt se convirtieron primera dama de los Estados Unidos en 1933, comenzó a redefinir el papel de primera dama. No contenta con ser simplemente primera dama de la nación, fue anfitriona de muchos eventos, Roosevelt establecio el estándar para todos los activistas, dejando un legado a todas las primeras damas a seguirla. Durante la depresión, Roosevelt habia obtenido miles de sus escritos y conferencias y donó la mayor parte del dinero a la caridad. Ella apoyando a su marido con problemas de piernas, sirvió ir a lugares que no podía ir su marido a tranquilizar a los mineros del carbón, los agricultores y los desempleados que el gobierno estaba trabajando en su nombre. El Presidente Harry Truman apodo a Roosevelt "Primera Dama del Mundo", en reconocimiento a sus logros en materia de derechos humanos.