Esta imagen del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, junto a sus hijas circuló el viernes temprano y provocó alegría e incertidumbre. (AP / Miraflores Presidential Press Office
Luego de que el Gobierno de Venezuela difundiera varias fotos del convaleciente presidente Hugo Chávez, después de 68 días de ausencia mediática, hubo gran conmoción en el país. Seguidores y detractores del líder cuya agenda pública fue muy intensa en sus 14 años de mandato estaban a la expectativa de su verdadera condición de salud.
A pesar de que el vicepresidente Nicolás Maduro y varios ministros aseguraban que Chávez se estaba recuperando de su cuarta operación en Cuba, la ciudadanía exigía pruebas evidentes de que el líder estaba vivo y que eventualmente pudiese retornar a Venezuela a juramentarse como presidente, tarea pendiente desde el 10 de enero.
Sorprendió con esa falta tan prolongada y su presencia era solo una evocación. Maduro aseguraba que Chávez ejecutaba actos de gobierno y que se reunía con varios de sus ministros e incluso presentó documentos oficiales firmados por el presidente.
También reconoció lo que se había filtrado en varios medios de prensa internacional: Chávez presenta problemas para hablar como consecuencia de su tratamiento médico.
Su ministro de Ciencia y Tecnología y pariente político, Jorge Arreaza, dijo al canal estatal Telesur que Chávez “tiene dificultad para comunicarse verbalmente (...) Uno lo que tiene es que poner atención y él comunica perfectamente sus decisiones, cuando no las escribe (... ) Pero perfectamente se comunica y se da a entender. No tiene la voz que lo caracteriza, pero esto es un proceso que es reversible y esperamos volverlo a escuchar”, explicó.
Los hashtags #Chávez vive y sonríe y #Venezuela se hunde y sonríe fueron los trending topics en Twitter durante todo el viernes y el sábado.
Algunos mensajes expresaban la convicción de que Chávez regresaría para seguir gobernando hasta 2019 y los más críticos cuestionaban la veracidad de las fotos y pedían la convocatoria a elecciones presidenciales.
Sin variaciones
A pesar de la fe de vida presentada, todo sigue igual: el vicepresidente, los ministros, la gestión pública. Pero falta la voz del líder, en vivo y en directo.
El poderoso sistema nacional de medios públicos se encarga de recordar a los ciudadanos que Chávez vive y que “Chávez somos todos”. Bajo ese lema, el oficialismo insiste en que el líder está en cada rincón del país y que en cualquier momento volverá.
En calles y avenidas abundan afiches y murales con la inscripción “De tus manos brota lluvia de vida, te amamos”. Las fotos son de Chávez con niños, con ancianos, con mujeres, lanzando besos a una multitud.
En Caracas se organizó una jornada llamada “Mil grullas por la salud de Chávez”. Sus asesores dicen que la grulla es un pájaro que trae felicidad y buenos augurios. “Por eso armamos talleres de manualidades para que la gente pueda armar grullas de papel y para que las depositen en una caja que será enviada a La Habana. Solo el amor del pueblo sanará a nuestro comandante”, dijo Luis Marcano, colaborador de la actividad.
“Toma Hugo, que este pájaro llegue a tu cama para que te cure, Dios te va a quitar ese cáncer y vas a venir con tu pueblo”, dijo una convencida Julia de Méndez, jubilada de 82 años quien se define chavista hasta la muerte.
“Nicolás (Maduro) es muy bonito y es un muchacho de buen corazón. Pero no es Chávez, yo quiero a mi comandante aquí y ahora. No me imagino la vida sin él”, aseguró la anciana.
Un Gobierno fantasmal
Entre los opositores, la incertidumbre también reina. Dirigentes políticos y sociales piden más pruebas al gobierno interino sobre la salud de Chávez. Los más radicales han exigido lo que establece la Constitución bolivariana de 1999: la creación de una junta médica nacional que examine al mandatario y que defina si puede seguir o no en el poder.
Desde el pasado jueves un grupo de estudiantes universitarios se encadenó en las adyacencias de la Embajada de Cuba en Caracas, exigiendo el retorno de Chávez y denunciando “la injerencia de los hermanos Castro en las decisiones del Gobierno. Acá manda Raúl (Castro) y no Chávez o Maduro, queremos que se restituya el hilo constitucional y que Chávez se juramente para que designe a su Gabinete, ya su mandato no es prorrogable. Ya vimos las fotos y se evidencia que su ausencia es absoluta, él no puede mandar más”, la dirigente estudiantil Gaby Arellano, de la Universidad de los Andes.
Ayer sábado seguían llegando estudiantes a la sede diplomática antillana para sumarse a la protesta. Oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana se apostaron en las puertas de la embajada para evitar enfrentamientos.
Otro opositor, Juvenal Contreras, maestro de 36 años, dice que Maduro está ganando tiempo. “Es un tipo gris y de pobre oratoria. Quiere hablar como Chávez, se viste con los colores de la bandera como Chávez pero no le llega ni a los talones. Diosdado (Cabello, el presidente del Congreso) es peor. No puede hacer un discurso de más de 15 minutos y es rechazado entre los chavistas. Creo que Maduro está tratando de ganar el voto duro de los rojos antes de que se llame a elecciones; Chávez está muy mal. Y Capriles (el líder de la oposición) tiene que ponerse las pilas. No ha denunciado con fuerza el vacío legal que atraviesa Venezuela y está demasiado cauteloso; así no podrá ganar las elecciones”.
Recuadro De alta política
Para el siquiatra Roberto de Vries, la larga falta o la eventual desaparición de escena de Chávez “deja un gran vacío en el mundo político local. Es un líder carismático que ha establecido una relación casi metafísica con sus seguidores, muchos de los cuales aún tienen esperanza de que vuelva. Algunos son muy optimistas, pero otros no lo son tanto, lo cual genera incertidumbre y angustia. Los únicos que saben lo que está pasando son los del alto gobierno y son los que están manejando la situación con cautela y hasta con inteligencia. Todo lo que dicen está bien medido y pensado; nada se está haciendo por casualidad”.
Señaló de Vries en entrevista que “en estos momentos en el grupo oficialista hay una lucha de poderes muy grande. El único líder del partido de gobierno era Chávez y los posibles sucesores no manejan su discurso y tampoco son carismáticos. Por eso se están estableciendo alianzas circunstanciales para mantener el poder a toda costa”.
Dijo que “el liderazgo de Chávez no se transferirá automáticamente a Maduro. Habría un apoyo que duraría poco tiempo por un tema de solidaridad con el líder, pero este no podrá mantenerse largo rato, quizá dos o tres meses. No se sabe lo que podría pasar si Chávez sigue en La Habana en precarias condiciones de salud”.
Del lado antichavista, De Vries asegura que “también hay pugnas por el poder. La oposición tiene mucho tiempo sin ser gobierno y le tiene muchas ganas a la presidencia, lo cual hace difícil la unidad plena. Capriles ha sido neutro en esta crisis y está jugando estratégicamente, midiendo bien sus acciones. Este es un momento muy complicado y difícil para el país y todo dependerá de los movimientos de los actores políticos de los dos bandos”.
Sorprendió con esa falta tan prolongada y su presencia era solo una evocación. Maduro aseguraba que Chávez ejecutaba actos de gobierno y que se reunía con varios de sus ministros e incluso presentó documentos oficiales firmados por el presidente.
También reconoció lo que se había filtrado en varios medios de prensa internacional: Chávez presenta problemas para hablar como consecuencia de su tratamiento médico.
El ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas, leyó el pasado viernes un escueto comunicado en donde dijo: “Dadas las circunstancias, que están siendo debidamente tratadas, en la actualidad, el comandante Chávez presenta respiración a través de cánula traqueal que le dificulta temporalmente el habla”.
La fe de vida no apaciguó las dudas en esta nación sudamericana. En las calles de Caracas y en las redes sociales el tema ocupó la atención. Los oficialistas más radicales expresaron su júbilo en varios “puntos rojos”, sitios de concentración oficialista, y los opositores colmaron Twitter y Facebook de comentarios acerca de las fotos del líder enfermo, acompañado por sus hijas mayores.Su ministro de Ciencia y Tecnología y pariente político, Jorge Arreaza, dijo al canal estatal Telesur que Chávez “tiene dificultad para comunicarse verbalmente (...) Uno lo que tiene es que poner atención y él comunica perfectamente sus decisiones, cuando no las escribe (... ) Pero perfectamente se comunica y se da a entender. No tiene la voz que lo caracteriza, pero esto es un proceso que es reversible y esperamos volverlo a escuchar”, explicó.
Los hashtags #Chávez vive y sonríe y #Venezuela se hunde y sonríe fueron los trending topics en Twitter durante todo el viernes y el sábado.
Algunos mensajes expresaban la convicción de que Chávez regresaría para seguir gobernando hasta 2019 y los más críticos cuestionaban la veracidad de las fotos y pedían la convocatoria a elecciones presidenciales.
Sin variaciones
A pesar de la fe de vida presentada, todo sigue igual: el vicepresidente, los ministros, la gestión pública. Pero falta la voz del líder, en vivo y en directo.
El poderoso sistema nacional de medios públicos se encarga de recordar a los ciudadanos que Chávez vive y que “Chávez somos todos”. Bajo ese lema, el oficialismo insiste en que el líder está en cada rincón del país y que en cualquier momento volverá.
En calles y avenidas abundan afiches y murales con la inscripción “De tus manos brota lluvia de vida, te amamos”. Las fotos son de Chávez con niños, con ancianos, con mujeres, lanzando besos a una multitud.
En Caracas se organizó una jornada llamada “Mil grullas por la salud de Chávez”. Sus asesores dicen que la grulla es un pájaro que trae felicidad y buenos augurios. “Por eso armamos talleres de manualidades para que la gente pueda armar grullas de papel y para que las depositen en una caja que será enviada a La Habana. Solo el amor del pueblo sanará a nuestro comandante”, dijo Luis Marcano, colaborador de la actividad.
“Toma Hugo, que este pájaro llegue a tu cama para que te cure, Dios te va a quitar ese cáncer y vas a venir con tu pueblo”, dijo una convencida Julia de Méndez, jubilada de 82 años quien se define chavista hasta la muerte.
“Nicolás (Maduro) es muy bonito y es un muchacho de buen corazón. Pero no es Chávez, yo quiero a mi comandante aquí y ahora. No me imagino la vida sin él”, aseguró la anciana.
Un Gobierno fantasmal
Entre los opositores, la incertidumbre también reina. Dirigentes políticos y sociales piden más pruebas al gobierno interino sobre la salud de Chávez. Los más radicales han exigido lo que establece la Constitución bolivariana de 1999: la creación de una junta médica nacional que examine al mandatario y que defina si puede seguir o no en el poder.
Desde el pasado jueves un grupo de estudiantes universitarios se encadenó en las adyacencias de la Embajada de Cuba en Caracas, exigiendo el retorno de Chávez y denunciando “la injerencia de los hermanos Castro en las decisiones del Gobierno. Acá manda Raúl (Castro) y no Chávez o Maduro, queremos que se restituya el hilo constitucional y que Chávez se juramente para que designe a su Gabinete, ya su mandato no es prorrogable. Ya vimos las fotos y se evidencia que su ausencia es absoluta, él no puede mandar más”, la dirigente estudiantil Gaby Arellano, de la Universidad de los Andes.
Ayer sábado seguían llegando estudiantes a la sede diplomática antillana para sumarse a la protesta. Oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana se apostaron en las puertas de la embajada para evitar enfrentamientos.
Otro opositor, Juvenal Contreras, maestro de 36 años, dice que Maduro está ganando tiempo. “Es un tipo gris y de pobre oratoria. Quiere hablar como Chávez, se viste con los colores de la bandera como Chávez pero no le llega ni a los talones. Diosdado (Cabello, el presidente del Congreso) es peor. No puede hacer un discurso de más de 15 minutos y es rechazado entre los chavistas. Creo que Maduro está tratando de ganar el voto duro de los rojos antes de que se llame a elecciones; Chávez está muy mal. Y Capriles (el líder de la oposición) tiene que ponerse las pilas. No ha denunciado con fuerza el vacío legal que atraviesa Venezuela y está demasiado cauteloso; así no podrá ganar las elecciones”.
Recuadro De alta política
Para el siquiatra Roberto de Vries, la larga falta o la eventual desaparición de escena de Chávez “deja un gran vacío en el mundo político local. Es un líder carismático que ha establecido una relación casi metafísica con sus seguidores, muchos de los cuales aún tienen esperanza de que vuelva. Algunos son muy optimistas, pero otros no lo son tanto, lo cual genera incertidumbre y angustia. Los únicos que saben lo que está pasando son los del alto gobierno y son los que están manejando la situación con cautela y hasta con inteligencia. Todo lo que dicen está bien medido y pensado; nada se está haciendo por casualidad”.
Señaló de Vries en entrevista que “en estos momentos en el grupo oficialista hay una lucha de poderes muy grande. El único líder del partido de gobierno era Chávez y los posibles sucesores no manejan su discurso y tampoco son carismáticos. Por eso se están estableciendo alianzas circunstanciales para mantener el poder a toda costa”.
Dijo que “el liderazgo de Chávez no se transferirá automáticamente a Maduro. Habría un apoyo que duraría poco tiempo por un tema de solidaridad con el líder, pero este no podrá mantenerse largo rato, quizá dos o tres meses. No se sabe lo que podría pasar si Chávez sigue en La Habana en precarias condiciones de salud”.
Del lado antichavista, De Vries asegura que “también hay pugnas por el poder. La oposición tiene mucho tiempo sin ser gobierno y le tiene muchas ganas a la presidencia, lo cual hace difícil la unidad plena. Capriles ha sido neutro en esta crisis y está jugando estratégicamente, midiendo bien sus acciones. Este es un momento muy complicado y difícil para el país y todo dependerá de los movimientos de los actores políticos de los dos bandos”.
Abogó por que no se generen situaciones de violencia en el caso de que Chávez llegara a faltar. “Confío en la prudencia y en la madurez política del nuevo venezolano que está surgiendo en este contexto. Ahora exigirá más gestión pública. La clase política que actualmente detenta el poder ha estado más preocupada en cómo aferrarse a él que en ejecutar un buen gobierno”.