También en sus cínicas e inquietantes presentaciones en la serie de televisión Alfred Hitchcock presenta.
Viendo su inmarchitable cine, ese apabullante lenguaje visual al servicio de historias casi siempre turbias que quedan grabadas perdurablemente en la retina del espectador, su obsesión por el lado oscuro de las personas y las cosas, su capacidad para transmitir las sensaciones más desasosegantes, deduces la potencia de su volcánico cerebro y la complejidad de su personalidad. De todo ello habla esta película reconstruyendo la creación de Psicosis, una película que aunque me la sepa de memoria me resulta arduo y amenazante revisarla en soledad. Por si acaso, porque lo que ocurre en los moteles aislados del mundo y en la placidez de la ducha está grabado pavorosamente en mi consciente y en mi subconsciente por el arte de aquel individuo tan inteligente como perverso.