“Destacamos la importancia de un marco normativo estable y transparente que proporcione seguridad a los inversionistas”, señala la declaración de Santiago aprobada ayer domingo. El texto oficial del encuentro, sin embargo, también indica que se debe reconocer “el derecho soberano de los Estados a regular”.
La negociación del documento no fue fácil: Bolivia, Cuba, Ecuador, Venezuela y Argentina se opusieron, según informó EFE, a que la declaración incluyera el compromiso de los países latinoamericanos a garantizar certidumbres legales. Las nacionalizaciones y expropiaciones de empresas europeas en Latinoamérica han marcado las relaciones comerciales de las dos regiones en los últimos años.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, había señalado el sábado que era indispensable contar con reglas establecidas: “No sólo decimos en términos muy claros que reiteramos nuestro compromiso de evitar el proteccionismo, sino que también hay referencias para proporcionar seguridad jurídica a los operadores económicos”.
Durão Barroso dice que tiene que haber reglas claras para las mutuas relaciones comerciales
La IV Cumbre Empresarial Celac-UE, que se realizó paralelamente al encuentro principal, y contó con la participación de mil inversores de ambos lados del Atlántico, también concluyó con un documento que reiteraba la necesidad de que los gobiernos tengan presentes en todas sus decisiones los valores de la libertad, seguridad jurídica y democracia.Una vez que finalizó la cumbre, el presidente boliviano, Evo Morales, confirmó que su país había rechazado algunos puntos de la declaración de Santiago sobre los resguardos a las inversiones extranjeras: “Necesitamos socios y no patrones de los recursos naturales”, indicó el Jefe de Estado.
El anfitrión del evento, el presidente chileno, Sebastián Piñera, defendió el texto oficial y señaló que “la tendencia es aumentar los lazos de libre comercio entre UE y la Celac”.
La cumbre tuvo el siguiente lema: “Apuntando alto”. Piñera explicó que la elección del eslogan no había sido casual y que refleja la firme intención de la región de construir una nueva etapa entre ambos continentes. “Hemos logrado que Latinoamérica y Europa dialoguen mirándose a los ojos frente a frente, con la misma estatura, humildad y franqueza”, señaló el mandatario chileno ante los Jefes de Estado y representantes de 60 países.
El buen momento económico de América Latina, y su contraste con la crisis europea, cruzó gran parte de las intervenciones de esta cumbre donde no participan ni Estados Unidos ni Canadá.
Las palabras de recibimiento de Piñera al presidente de España, Mariano Rajoy, fueron un anticipo de la nueva actitud latinoamericana en la escena internacional. “Bienvenido a Chile, bienvenido al hemisferio sur, bienvenido a un mundo mejor (…). Le veo muy bien, mucho mejor de lo que imaginaba”, señaló el viernes el chileno antes de una reunión bilateral en La Moneda.
La contraparte europea también halagó los logros latinoamericanos de las últimas décadas.
La canciller alemana, Angela Merkel, que por primera vez visitaba Chile, se ocupó de dar a conocer su diagnóstico poco optimista respecto de la situación en su continente en diversas reuniones privadas y, en público, se encargó de alabar economía regional y sugerir a los españoles y portugueses que aumentaran sus exportaciones. “Su desarrollo dinámico nos demuestra que en Europa tenemos que hacer esfuerzos para no quedar atrás. Tenemos que mejorar nuestra competitividad, bajar nuestras deudas. No podemos vivir a costa de las futuras generaciones”, dijo Merkel el pasado sábado.
CELAC, una asociación de 33 países cuyo primer fundamento es un nacionalismo latinoamericano básico que trasciende las diferencias políticas innegables en la región, nació a fines de 2011 en Caracas y fue liderada durante el último año por Piñera, de derecha.
Hoy, sin embargo, la presidencia pro témpore quedará en manos del presidente cubano, Raúl Castro, cuya presencia en Chile ha concentrado la expectación pública y generado un profundo debate.
El Director de la División de las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, señaló que “en esta región, los gobiernos se han autoimpuesto obligaciones democráticas para participar en estos foros”. “Eximir de este prerrequisito a Cuba y distinguir a su actual dictador como el líder de la Celac me parece un grave error. Con esta elección están abandonando compromisos colectivos en derechos humanos y libertades públicas que se han venido perfeccionando en las últimas décadas en el hemisferio, pero que se vacían de contenido”, indicó.