«El señor no se encuentra», «está durmiendo», «salió a comer y volverá a media tarde»... Hablar con Camilo Sesto, en los últimos días, parece misión imposible. Se resiste a dar explicaciones (al menos, más de las que ya ha ofrecido a la policía) sobre el mayor susto de su vida. En la madrugada del pasado 12 de enero, su chalet de Torrelodones (Madrid) fue asaltado y él, retenido durante varias horas. En ese momento se encontraba solo en la vivienda, durmiendo en un espacio a modo de apartamento del que dispone dentro de la residencia para descansar y trabajar, y en el que jamás recibe a nadie. Los asaltantes buscaban una cantidad importante de dinero que Sesto podría tener escondida en algún rincón del chalet.
Por eso, durante la búsqueda destrozaron buena parte de la propiedad. «Al principio le amenazaron con cortarle un dedo si no decía dónde se encontraban el dinero y las joyas, cosa que finalmente hizo», explica una persona perteneciente a su reducido círculo de confianza y cuya identidad prefiere no ser desvelada. Al final, los ladrones se llevaron un suculento botín «entre dinero en metálico, así como un número hasta ahora no determinado de relojes y joyas de elevado coste. Pero, de momento, ni siquiera el propio Camilo se atreve a dar un valor concreto».
El chivatazo
La policía no descarta la posibilidad de que alguien cercano diera el chivatazo de que estaba solo. Camilo no se resistió a dar información a los ladrones sobre lo que pedían, aunque desconocía cuánto dinero tenía en casa. Esta circunstancia no es extraña en él. Responde a su manera de ser. «Hace unos días, se enteró de que tenía una finca en Mallorca, porque los okupas que vivían en la misma estaban ocasionando problemas y fue avisado por la policía. Ni se acordaba de ello, pues él no gestiona personalmente algunas de sus propiedades», dice una fuente próxima al cantante.
Camilo Sesto, uno de los compositores que más dinero factura por derechos de autor y uno de los artistas más cotizados en América, ha invertido a lo largo de los años gran parte de sus ingresos en la compra de pisos, chalets y edificios enteros. Uno de ellos, por el que al parecer le pagaron muchísimos millones de las antiguas pesetas, es el que hoy alberga la sede del Partido Socialista, en la madrileña calle Ferraz.
Cubierto con un edredón
Tras el asalto, cuando al cantante reunió las fuerzas suficientes para salir de la casa, se dirigió solo al cuartel de la Guardia Civil de Torrelodones para dar parte de lo sucedido. «Los ladrones entraron en el chalet por la puerta de servicio. El matrimonio que trabaja en la casa está librando», explicó. Llegó a temer por su vida. Durante el tiempo que duró el asalto le cubrieron con un edredón, mientras escuchaba cómo destrozaban su casa. «Lo que tenían claro es que no les interesaban los aparatos electrónicos, ni las televisiones de plasma , de un gran valor económico», contó Camilo.
Ahora, y a la espera de poner más luz sobre los hechos, el artista ha encontrado un gran consuelo en su único hijo, Camilo Blanes, fruto de su relación con Lourdes Ornelas. En los últimos días ambos han salido juntos a comer (cosa extraña en el artista pues, hasta el asalto, apenas salía de su casa de Torrelodones), desmintiendo así un supuesto distanciamiento entre ambos. No en vano, Camilo Sesto considera a su hijo lo más importante de su vida. Cuando este era un niño, luchó con todas sus fuerzas y recursos para conseguir su tutela y traérselo de México a España. Hay quien ha tildado de oportunismo el hecho de que Camilo Blanes acudiera al programa de María Teresa Campos para presentarse como cantante el mismo día del atraco a su padre, pero su presencia en este espacio se había cerrado con antelación. Blanes no pensaba hablar del asunto al creer que no se sabía nada de lo sucedido, aunque al ser del dominio público no tuvo problemas en comentarlo y admitir que su padre «temió por su vida».
Lesión en un tobillo
Más allá de la traumática experiencia vivida, Camilo Sesto no está atravesando su mejor época. «Lo ha pasado muy mal durante los dos últimos años al sufrir una grave lesión en un tobillomientras colocaba unos libros en una estantería. Fue operado recientemente, pero durante meses ha padecido dolores intensísimos que casi le impedían andar», explica por vía telefónica su íntima amiga y colega más fiel, Ángela Carrasco.
Sin embargo, entre la lesión y la operación, estuvo de gira por Estados Unidos, Colombia y Ecuador con la propia Ángela. «Los pasillos de los aeropuertos eran una auténtica tortura para él y, aunque ya estaba dañado, se negó a cancelar conciertos porque en algunas ciudades hacía más de veinte años que no actuábamos. A la hora de subirse a los escenarios, hacía lo posible por actuar con plena normalidad, superando el dolor». Al parecer, en un momento dado el cantante se había quitado un vendaje que le protegía el tobillo, haciendo caso omiso de los médicos. Al final, le han reconstruido el tobillo y ya camina casi con total normalidad. «Cada día va mejor», asegura la propia Ángela.
En los últimos tiempos Camilo había saltado a los medios porque un antiguo representante con el que hizo una gira le reclama dinero. Ganó el juicio y ahora está a la espera de que se resuelva el recurso presentado por la parte contraria, que espera «volver a ganar». Cuando decida regresar al trabajo, lo hará en América. No será en España pues, asegura, los medios nunca le han tratado bien.