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lunes, 26 de noviembre de 2012

OPINION: 23 voces, 23 rostros, una sola consigna

Jineth Bedoya Lima, periodista colombiana cuyas investigaciones han dado lugar a atentados contra su vida, habla del impacto de ser reseñada en la campaña de este año del Día Mundial contra la Impunidad.


Mencionar la palabra impunidad es como echarle limón y sal a una herida cuando se es víctima. Hace poco más de doce años, cuando la violencia no había atravesado mi vida, hablaba y escribía de impunidad sin recatamiento alguno, desprevenidamente, sin pensar en quien la afrontaba o la sufría.
El 25 de mayo del año 2000, cuando adelantaba mi trabajo de investigación para el periódico "El Espectador", un jefe paramilitar me citó en una cárcel para hacerle una entrevista pero en realidad era una trampa. Mis captores me secuestraron, torturaron y violaron y luego me dejaron abandonada. Mi vida prácticamente se acabó, pero el periodismo me dio el valor de seguir adelante. Desde ese día, las palabras "denuncia" y "exilio" hacen parte de mi trabajo. La "denuncia" nunca la he dejado de hacer y el "exilio" simplemente no existe. Nunca me exiliado ni lo haré.

Y ese día, pasé a engrosar ese largo listado de los que claman por justicia, de los olvidados y a los que no les creen, de los que marchan y levantan la voz, o de los que tocan una, dos, tres, decenas de puertas en busca de ayuda o de al menos unos oídos dispuestos a escuchar sin juzgar.


Solo cuando nos ponemos en los zapatos de las víctimas somos capaces de transmitir en nuestros escritos o nuestras imágenes toda la dimensión de esta tragedia humana. Solo cuando hemos sentido en nuestra piel, nuestros cuerpos y nuestras almas la laceración de la guerra y el conflicto, y quedamos ad portas del olvido, es que comprendemos la dimensión de la palabra impunidad.



Por eso, el 23 de noviembre es una fecha significativa para miles de hombres y mujeres. El día mundial contra la impunidad es un llamado que recoge las voces de quienes padecemos en silencio ese dolor de la injusticia, del destierro, la amenaza, la censura, la persecución… y el miedo.
Pero como en toda tragedia, larga o corta, siempre hay una esperanza inquebrantable. Para los reporteros y reporteras del mundo este año la encontramos en una iniciativa grande y ambiciosa que lideró la red mundial para la expresión libre, IFEX: ponerle rostros e historias reales al problema de la impunidad global.
Encontrar mi historia, en ese calendario de 23 acciones en 23 días, en medio de otras historias iguales o más trágicas que la propia revuelve las entrañas, pero también dignifica. Se preguntarán cómo puede dignificar el volver sobre los recuerdos y el dolor y la respuesta es sencilla: el simple hecho de saber que no estoy sola, que se están enviando mensajes y tomando acciones en mi nombre, sin lugar a dudas dignifica.

Somos 23 casos entre muchos otros alrededor del mundo; somos de muchas razas, credos, situaciones, pero tenemos la misma consigna y el mismo propósito, NO silenciarnos. Así que esta iniciativa es un blindaje a nuestra causa y unas alas inmensas para nuestro trabajo.

Los casos que IFEX documentó y publicó en ese calendario de la impunidad también nos deben llamar a la reflexión sobre la responsabilidad histórica que los periodistas tenemos en esta década del siglo XXI. El mundo atraviesa graves crisis, desde las bélicas hasta las de corrupción, desde las ambientales hasta la pandemia de violencia contra la mujer, en todas sus expresiones.

El denunciar esos hechos nos ha puesto en el ojo público, pero también nos ha dado las respuestas sobre la necesidad de no silenciarse. Millones de personas aún creen que podemos cambiar el rumbo de nuestros pueblos con nuestras letras, imágenes y voces. Nosotros también debemos creérnoslo. La libertad de expresión, hoy más que nunca, nos debe llevar a tomar acciones por aquellos que no son escuchados, ya que por nosotros también alguien las tomará como lo hace IFEX hoy.

Que el 23 de noviembre no sea el día contra la impunidad de unos pocos. Que las sociedades del mundo comprendan que es el día contra la impunidad de todos, porque por cada periodista silenciado habrá una persona más, un pueblo más sin la oportunidad de ser visible.

Y el mejor ejemplo está en la voz firme y la letra contundente de Lydia Cacho, la periodista mexicana que con sus denuncias y publicaciones ha salvado a centenares de niñas y mujeres de las garras de las redes de trata de personas. Ella ahora está lejos de su hogar por la amenaza de la mafia, los políticos corruptos y el narcotráfico. Aún así no ha dejado de luchar. Su batalla es la de todos. Su voz es la de todas… y en esta campaña, 23 rostros representan centenares de rostros.

Jineth Bedoya Lima, periodista del diario colombiano El Tiempo. Fue presentada en el calendario 23 en 23 de la campaña del Día Mundial contra la Impunidad el 2 de noviembre.