Una gran ovación de las más de 1.000 personas que abarrotaban el teatro Victoria Hall de Ginebra recibió al pianista dominicano y al guitarrista andaluz, que subieron al escenario con dos camisas de estampados caribeños pese a la desapacible noche.
Tras unos primeros acordes para poner en sintonía piano y guitarra, sonó "Our Spanish love song" -nuestra canción de amor española, tradujo Camilo tras interpretar la pieza-, que dio por comenzado un espectáculo de más de dos horas de duración.
Camilo, en un correcto francés, presentó a Tomatito y recordó sus quince años de carrera junto al guitarrista flamenco Tomatito, algo más tímido, quien sólo logró susurrar en español al dominicano un "ya somos viejos", que posteriormente Camilo trasladó al público.
"Llevamos quince años de carrera. Ha pasado más tiempo desde que éramos amigos, pero fue en 1997 cuando nos invitaron a tocar juntos en el Festival de Jazz de Barcelona. Ésta es nuestra tercera gira, fruto del éxito de las anteriores", señaló Camilo en una entrevista con Efe de los dos músicos antes del concierto.
El espectáculo fue un diálogo constante entre el piano y la guitarra, que parecían un mismo instrumento, y entre el jazz y el flamenco, que se hicieron una sola música.
El dominicano insistió en que a veces no es fácil esta fusión porque hay acordes en el flamenco que no existen en el jazz: "Cuando nos unimos hacemos el esfuerzo de acercar el jazz al flamenco y el flamenco al jazz".
"No se deben poner barreras entre los distintos estilos musicales, la mezcla de estilos te hace aprender mucho", señaló Tomatito, que dijo sentir una gran devoción por el jazz y la música caribeña.
En eso consistió el concierto, en ese acercamiento entre dos estilos que "nada tienen que ver", como corroboró Tomatito, pero que juntos pueden crear una música natural, sentimental, divertida e incluso triste.
Los aplausos y algunas palabras de los artistas llenaron el espacio entre las más de diez piezas que fueron interpretadas en función de su ritmo más rápido o más lento para crear una tensión entre los espectadores que explotó en la segunda parte del evento.
Hubo palmas, vítores y mucho movimiento entre el público, que se resistió a marcharse, arrancando dos bises.
El final del concierto fue intenso y de esos nervios que Tomatito decía tener antes del espectáculo ya no quedaba nada: "Tengo los nervios necesarios. Un concierto es algo muy importante. Si me sintiera igual que cuando me tomo un refresco o un bocadillo no tendría sentido", manifestó el almeriense.
Tras una pieza que se podría definir como un baile de salsa con un traje de faralaes, por la mezcla inigualable y perfecta de los sonidos caribeños y el flamenco, Tomatito por fin se acercó al micrófono y en español agradeció al público su asistencia, reiterando ahora en voz alta aquello de "ya somos más viejos".
Más viejos, y desde luego más sabios, que cuando hicieron sus giras "Spain", en 1999, y "Spain again", en 2005, tras las que grabaron dos discos con el mismo nombre.
El tercer álbum llegará tras esta tercera gira que comenzó hoy en Ginebra y que culminará en mayo en Estambul, tras pasar por España y Japón, entre otros países.
"En cada concierto improvisamos. Tocamos diversos temas y vamos probando cuales llegan más al público. Después de la gira preparamos el disco. Es más lógico que las canciones que estén en 'Spain Forever' sean elegidas por ellos", explicaron los dos artistas.