"No me puedo aferrar al cargo de vicepresidente y menos enamorarme del mismo", insistió y apuntó: "en tal sentido, soy plenamente consciente que debo dejar en manos de la Constitución y de la ley todo lo relacionado con el presente y futuro del vicepresidente de Colombia".
El vicepresidente informó de su enfermedad tras haber superado un debate con el Senado, que insistía en que se practicara un examen méxico para establecer si estaba capacitado para reemplazar al presidente Juan Manuel Santos, operado de un cáncer también en la próstata del que se recupera satisfactoriamente.
El tumor canceroso "en ningún momento, sería causa de mi muerte", aclaró Garzón tras indicar que la enfermedad se la detectó uno de sus médicos tratantes de la institución en la que sigue una terapia tras la isquemia cerebral de la que fue operado el pasado junio.
Garzón agregó que, por recomendación de este mismo médico, ya inició un tratamiento para la eliminación de este tumor mediante radioterapia, en el Hospital San Ignacio, de la Pontificia Universidad Javeriana, en Bogotá.
El tratamiento "abarca 39 sesiones de radioterapia, por lo menos 5 veces a la semana", precisó el vicepresidente en un comunicado
El vicepresidente fue hospitalizado el pasado junio en Bogotá por una infección urinaria, pero en el tratamiento sufrió un accidente cardiovascular que lo mantuvo varios días en coma y del que sobrevivió con una dificultad motriz.
En la misma nota, el funcionario admitió que pasa por "una etapa muy dura en su vida" con sus quebrantos de salud y los de su esposa, Monserrat Muñoz, a quien el pasado mes le fue extirpado un riñón afectado por el cáncer.
El presidente Santos fue intervenido del cáncer de próstata el pasado 4 de octubre en Bogotá y a los tres días regresó a su residencia en la Casa de Nariño, la sede del Ejecutivo.