(EFE).- El ataque sufrido por el presidente checo, Vaclav Klaus, al que un joven de 26 años disparó ayer viernes siete veces con una pistola de imitación, ha desatado en el país un amplio debate sobre la seguridad del jefe del Estado. "No quiero ni imaginarme lo que podría haber ocurrido. Lo que es seguro es que algunas cosas relacionadas con la seguridad del jefe del Estado tienen que cambiar radicalmente y ya mismo", declaró hoy al diario Právo el portavoz presidencial, Radim Ochvat