Para mí Théo Francos (1914-2012) ha muerto tres veces. La primera vez, el día que lo fusilaron y milagrosamente sobrevivió. La segunda, hace dos días, a sus 98 años en su casa de Baiona. La tercera ha sido hoy, cuando he podido comprobar que su muerte no aparece en ningún medio.
Entradilla. En vista de que ni un jodido medio se ha dignado a escribir cuatro líneas por tu muerte, Théo, me pongo a escribirlas yo, una persona sin apenas formación de redactor periodístico, pero a la que la rabia en el corazón le sigue moviendo a hacer muchas cosas, esta vez por la impotencia de comprender que, en realidad, a nadie le importa cuántas veces arriesgaras tu vida por defender la causa antifascista, y digo causa porque defendiste la causa, la humanidad, por encima de nacionalidades y banderas. ADIOS.