El presidente de Ecuador Rafael Correa tampoco resolvería el entuerto concediendo a Julian Assange la condición de diplomático en representación de Ecuador, porque el Foreign Office debería avalar ese nombramiento y no está dispuesto a hacerlo. Rizando el rizo, las autoridades de Quito podrían designarle diplomático ante la ONU, pero el escándalo ante tal decisión sería tan mayúsculo que parece sensato descartarlo.
Nadie sabe a ciencia cierta a qué hora de aquel 19 de junio Julian Assange se personó en la embajada de Ecuador en Londres para solicitar asilo político, desatando así una maraña legal y diplomática cuyo desenlace todavía está por ver.
Solamente que todavía no había caído la noche, porque la noticia saltó pasadas las 8 de la tarde de una jornada veraniega. Su físico alto y un punto desgarbado, la mata de pelo prematuramente encanecida, pasaron completamente desapercibidos en el barrio de Knightsbridge cuando el fundador de Wikileaks accedió sin problemas al edificio de ladrillo rojo que se convertiría en su casa por tiempo indefinido. Porque salir del edificio no es, desde luego, tan fácil como la entrada en busca de refugio.
Así las cosas, los foros de internet van repletos de especulaciones sobre hipotéticos malabarismos para franquear físicamente el tramo entre la embajada y un avión que condujera a Assange hacia la libertad. Ninguna parece llegar a buen puerto. La sede ecuatoriana está ubicada en el primer piso del edificio, que comparte con la legación de Colombia y varios apartamentos de particulares. El creador de Wikileaks no podría tan siquiera embarcar en un automóvil con bandera diplomática —y por lo tanto intocable— sin atravesar “territorio británico”, como lo es el mismísimo rellano. Ni el garaje privado del inmueble ni la salida parapetada con verja están comunicados directamente con la planta en la que permanece Assange. El portero del edificio explicó a la agencia Reuters que, incluso si se decidiera a saltar por la ventana, las cámaras de circuito cerrado de la fachada lo detectarían al instante.